El presidente de Perú se ha visto salpicado por su relación con el gigante de la construcción brasileña Odebrecht Las ramificaciones de la corrupción en Brasil siguen extendiéndose a través de toda la región. Tras conocerse que más de una decena de proyectos de infraestructuras en seis países de América Latina se han visto obligados a paralizar sus planes, las repercusiones vuelven ahora al terreno de la política.
En esta ocasión, ha sido el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, quien se ha visto salpicado por su relación con el gigante de la construcción brasileña Odebrecht. En concreto, una investigación fiscal trata de indagar si, cuando fue primer ministro en 2006, favoreció a la empresa carioca a ganar una concesión.
El fiscal anticorrupción de Perú, Martín Salas, ha decidido así reabrir una investigación que ya había sido cerrada en septiembre por supuestamente haberse basado en especulaciones, según ha desvelado a AFP una fuente de la Fiscalía del país andino. Sin embargo, para el nuevo fiscal, es necesario ampliar dicha investigación y tomar más testimonios.
Se trata de dilucidiar si, en su condición de primer ministro del presidente Alejandro Toledo (2001-2006), Kuczynski intercedió para modificar una norma que habría permitido a Odebrechet competir en proyectos de construcción el país andino.
Y al igual que ha sucedido en Brasil estas acusaciones no vienen solas. Así, llegan en un momentos en que el gobierno de Kuczynski ya está afectado por las acusaciones precisamente por corrupción contra el ministro de Educación, Jaime Saavedra.
Ésta es además una de las principales preocupaciones de los peruanos ya que, según estimaciones oficiales, el país andino pierde unos 3.000 millones de dólares al año por dicha causa.
