Algunas historias de amor sólo pueden suceder en ciertas calles. Las de Madrid, por ejemplo. Y en ellas ha encontrado una fuente de inspiración Juan Carlos Cristiano, para componer las canciones de su flamante disco, ‘La Ultima Vida de un Gato». Algunas historias de amor sólo pueden suceder en ciertas calles. Las de Madrid, por ejemplo. Y en ellas ha encontrado una fuente de inspiración Juan Carlos Cristiano, para componer las canciones de su flamante disco, ‘La Ultima Vida de un Gato».
Juan Carlos es un artista habitual de los nuevos circuitos de la canción de autor de la capital de España, al que puede escucharse con frecuencia en selectos cónclaves como el ‘Micro Abierto de Libertad 8′ o las sesiones dominicales de Música por la Voluntad’, verdaderos semilleros de nuevos talentos.
Allí hemos podido oir, con la complicidad que concede la cercanía, muchas de las canciones que Cristiano ha incluido en este nuevo álbum. Crónicas urgentes de historias felices, o infelices, en las que, como he dicho antes, Madrid se convierte casi en un personaje más.
Este compositor y cantante, guitarrista de cuerdas de acero y arpegios cristalinos, se ha rodeado además, de un par de cómplices perfectos para perpetrar su ataque musical al aburrimiento. Y los tres se han confabulado para hacer un bonito disco.
Son el productor y arreglista Antonio de Pinto, responsable de discos imprescindibles de la última hornada como los de Andrés Sudón y Marta Plumilla, y el violinista, y cantautor de pulso firme, Manu Clavijo. Con estas compañías era imposible hacerlo mal, por supuesto.
Así, de la mano de este cantautor cercano y sencillo, podemos comprender mejor la magia de algunos emplazamientos. De la inmensa Gran Vía donde el amor y el desamor se enredan en un vaivén infinito o de La Latina y sus bares. Sitios ideales para calmar el dolor de un domingo de resaca.