No le ha resultado fácil al peculiar cantautor gerundense José Domingo abrirse paso en la superpoblada escena del ‘indie’ nacional, tal vez por la originalidad de su propuesta, más propicia para la escucha sosegada y reflexiva que para el regocijo fiestero de los festivales veraniegos. No le ha resultado fácil al peculiar cantautor gerundense José Domingo abrirse paso en la superpoblada escena del ‘indie’ nacional, tal vez por la originalidad de su propuesta, más propicia para la escucha sosegada y reflexiva que para el regocijo fiestero de los festivales veraniegos.
Domingo hace una música exquisita y personalísima que, en algunas ocasiones, quizá pueda recordar al público más veterano al trabajo del cantautor valenciano, Pep Laguarda, que es su tío. Otro artista imprescindible y original que siempre voló por debajo de los radares de los grandes medios de comunicación.
Hay alguna coincidencia más, como la lluvia de buenas críticas conseguidas por ambos y la escasa repercusión que parece tener a la hora de que rentabilizar ese capital ante el gran público. Aunque esa desconexión, desde luego, no debería ser considerada un demérito en ningún caso.
Aun así, José Domingo amplia poco a poco el número de sus seguidores y su música resulta ser un secreto a voces en los círculos más vanguardistas, donde ‘Almería’ , su disco de 2014, tuvo un gran impacto. Quizá porque su propuesta, calificada por el mismo como psicodelia mediterránea, no se parece demasiado a ninguna otra.
Domingo nos introduce en un universo sonoro flamante en el que confluyen aires flamencos y ramalazos de pop cristalino y que podría tener sus raíces en los hallazgos de grupos setenteros como Smash o Triana, o en los coqueteos con las rítmicas andaluzas de bandas más recientes como los ‘Planetas.
Unas referencias que ayudan a situarle, pero no le explican, porque él ha buscado su propio camino y ha sido capaz de introducirse en territorios muy poco explorados. Paisajes calurosos y amables que, sin duda, también estarán presentes en ‘Vertical’, su nuevo álbum que tiene la difícil tarea de superar lo conseguido por su antecesor.
