Forjado a fuego lento, como el metal de los buenos instrumentos, el trompetista Jeremy Pelt es uno de los últimos representantes de ese jazz de toda la vida, clásico y anclado en la tradición, que vuela lejos de ella cuando suena sobre el escenario. Forjado a fuego lento, como el metal de los buenos instrumentos, el trompetista Jeremy Pelt es uno de los últimos representantes de ese jazz de toda la vida, clásico y anclado en la tradición, que vuela lejos de ella cuando suena sobre el escenario.
Pelt, como ya hemos dicho, tuvo un aprendizaje duro y exigente que le ayudó a consolidar un lenguaje único en el que, sin embargo, se aprecia el eco de la música de sus maestros. De los músicos que le ayudaron a convertirse en lo que es hoy.
El listado es impresionante desde el principio. Desde su militancia en la Mingus Big Band. Después Pelt ha pasado por otras formaciones de alto voltaje como la Duke Ellington Big Band, la Roy Hargrove Big Band, The Village Vanguard Orchestra, el Lewis Nash Septet o The Cannonball Adderley Legacy Band.
Grupos en los que ha hecho valer siempre su particular sonido, lo mismo que cuando ha ejercido como músico acompañante de alguna de las estrellas actuales del género. Pelt aporta siempre el punto justo de virtuosismo y la máxima expresividad,
Su consagración definitiva puede llegar ahora, con ‘Tales, Musings and other Reveries’, el décimo disco que ha grabado como líder y que presenta en estos días acompañado por tres grandes músicos: la pianista Simona Premazzi, el contrabajista Josh Gingsburg y el batería Darell Green.
Jeremy va a acercarse a Madrid este mes para que los aficionados de la capital puedan disfrutar con su trabajo. Su cuarteto recreará la magia del mejor jazz de hoy y siempre sobre el escenario del Bogui Jazz, los próximos días 28 y 29 de octubre. No conviene perdérselo.
