Por primera vez, los siete aspirantes a la presidencia de Brasil se han visto las caras en un debate televisado. En él, la presidenta Dilma Rousseff y Marina Silva, la candidata del Partido Socialista, fueron, sin lugar a dudas, las principales protagonistas del candente encuentro. Por primera vez, los siete aspirantes a la presidencia de Brasil se han visto las caras en un debate televisado. En él, la presidenta Dilma Rousseff y Marina Silva, la candidata del Partido Socialista, fueron, sin lugar a dudas, las principales protagonistas del candente encuentro.
A 40 días de las elecciones, los presidenciables han puesto toda la artillería en la mesa, de hecho llegaron a dedicarse duras palabras los unos a los otros. Silva, por ejemplo, ha propuesto un cambio profundo en la Administración brasileña mientras que Rousseff ha defendido su gestión estos años.
Las encuestas suponen que si se diera en Brasil una segunda vuelta sería Silva la ganadora, por eso Rousseff ha luchado con uñas y dientes y ha dado por hecho que en el país se está ahora mejor que hace unos años.
El candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña y tercero en esta contienda, Aécio Neves ha cuestionado la fidelidad de Silva y ha asegurado no entender los detalles de su “nueva política”. También ha tenido palabras para la aún mandataria, según él, sus medidas económicas han sido “absurdas y ahuyentan la inversión”.
Mientras que el ex gobernador del estado de Minas Gerais centró su participación en el debate en la economía y, en ese sentido, calificó las medidas tomadas por Rousseff como “intervenciones absurdas” que ahuyentan la inversión.