Imbuido de lo mejor de la música brasileña de ahora y siempre y fascinado por la magia de Granada el cantautor catalán Hugo Arán empieza a abrirse paso en el siempre complicado mundillo artístico actual. Imbuido de lo mejor de la música brasileña de ahora y siempre y fascinado por la magia de Granada el cantautor catalán Hugo Arán empieza a abrirse paso en el siempre complicado mundillo artístico actual.
A pesar de su juventud, este artista lleva ya unos cuantos años en la brecha y hace ya seis que publicó su primera entrega discográfica, ‘Sordo’ un disco que firmó junto a Pablo Acevedo en el dúo Tato Azevedo que ambos formaban en aquellos tiempos.
Arán acaba de grabar su primer álbum en solitario ‘Anuario’ producido por Aure Ortega y Carlos Narea que han optado por fabricar el disco a la antigua usanza, con los instrumentistas tocando en directo en el estudio.
La decisión beneficia al sonido fresco, y un ‘pelín’ melancólico de este chico sensible que intenta no caer en los excesos de dulzor, según la definición de su música que hacen algunos críticos sesudos como el columnista de ‘El País’ Fernando Neira.
Adicto a la guitarra con cuerda de nylon, que maneja con soltura, la música de Arán pega bien con las tardes otoñales y los chaparrones del mes de abril. Hay algo de esa ya víejisima ‘nueva trova cubana’ en ella y también un agradable regusto a las amadas Vainica Doble.
La suavidad en la que se mueve sus sedosas melodías no está exenta de pegada, sobre todo gracias a esas letras, de apariencia cotidiana, fáciles de entender y recordar, que le conceden un plus adicional a este universo sonoro.