El Banco Mundial (BM) y los gobiernos de Haití y EEUU han suscrito un memorando de entendimiento con la firma Sae-A, una de las principales compañías textiles de Corea del Sur, para desarrollar un parque industrial y operaciones de manufactura en el país caribeño. La inversión, de la que también forma parte el Banco Interamericano de Desarrollo, crearía 10.000 empleos, según ha asegurado en un comunicado la Corporación Financiera Internacional, dependiente del Banco Mundial. El Banco Mundial (BM) y los gobiernos de Haití y EEUU han suscrito un memorando de entendimiento con la firma Sae-A, una de las principales compañías textiles de Corea del Sur, para desarrollar un parque industrial y operaciones de manufactura en el país caribeño. La inversión, de la que también forma parte el Banco Interamericano de Desarrollo, crearía 10.000 empleos, según ha asegurado en un comunicado la Corporación Financiera Internacional, dependiente del Banco Mundial.
Este plan de inversión está completamente relacionado con el terrible terremoto que sufrió Haití el pasado 12 de enero, el cual dejó 300.000 muertos y más de un millón de personas aún están acampadas en medio de Puerto Príncipe. La construcción de la manufacturera tiene como objetivo principal inyectar inversión extranjera y crear empleo, en un país en el que predomina la pobreza.
La firma Sae-A, es una de las principales compañías textiles y exportadoras de Corea del Sur, la cual llevará a cabo este proyecto del cual aún no se sabe el monto final. Además de la construcción de la fábrica textil, también está planeado el desarrollo de infraestructura básica, como puertos y carreteras, así como acceso a energía y logística.
La firma de este acuerdo se realizó en Nueva York, en paralelo a la cumbre de las Naciones Unidas, en el que asistieron la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, el primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive y los directores de la Corporación Financiera Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, además del presidente de Sae-A, Woong-Ki Kim.
Los esfuerzos que están realizando las autoridades políticas no han cambiado la situación en Haití. Los haitianos se quejan de las fábricas, a las que acusan de pagar muy poco a los trabajadores, lo justo como para dar de comer a sus familias.
Y es que actualmente, las fábricas haitianas de ropa pagan aproximadamente tres dólares diarios (unos 2,30 euros) a sus trabajadores – menos de dos terceras partes del salario mínimo en otros países- desde que se aprobó una ley alcanzada en una solución negociada y aprobada en el 2009.
Ante estas críticas, Clinton las rechazó al tiempo que elogiaba el acuerdo: «Estos no son empleos cualquiera. Son buenos empleos con salario justo que se apega a los estándares laborales internacionales», subrayó, y agregó que el acuerdo envía el mensaje de que «Haití está nuevamente abierto a los negocios».