El cantautor argentino Fito Páez atraviesa uno de los mejores momentos artísticos de su ya larga carrera. Una circunstancia que ha vuelto a quedar patente en La Habana, en su último concierto el Teatro Karl Marx, donde colgó, sin problemas, una vez más, el cartel de ‘no hay billetes’. El cantautor argentino Fito Páez atraviesa uno de los mejores momentos artísticos de su ya larga carrera. Una circunstancia que ha vuelto a quedar patente en La Habana, en su último concierto el Teatro Karl Marx, donde colgó, sin problemas, una vez más, el cartel de ‘no hay billetes’.
Eso supone contar con 5.000 asistentes, de pago, en un país, Cuba, teóricamente alejado de las raíces de Páez, con un pie en el rock y otro sí, en la canción de autor clásica que tanto se respeta y admira en toda Latinoamérica.
En La Habana, Fito se olvidó un poco del repertorio relacionado con su último disco, ‘Rock and Roll Revolution’, en el que realiza un sentido homenaje al gran Charly García, uno de los referentes básicos de la música en castellano.
Aunque cayeron algunas canciones de este maestro, esta vez el recuerdo fue también para otros. El concierto de Fito formaba parte de los eventos programados en el VI Festival Leo Brower de Música de Cámara, con lo que la referencia al gran guitarrista y director de orquesta era inevitable.
Así que Paéz interpretó muchos de sus éxitos de siempre acompañado por la Orquesta de Cámara de La Habana y también recordó algunas de las mejores canciones de Luis Alberto Spinetta y los cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
Fito le dio las gracias a su público de La Habana y asegura que esa ciudad “le había salvado la vida”, en un concierto en el que, una vez más, el gran artista argentino reivindicó la canción latinoamericana, una tradición que, lamentablemente, no se respeta tanto como sería preciso.
