Las empresas mineras que operan en la región boliviana de Potosí pueden comenzar a respirar tranquilas después del principio de acuerdo al que han llegado el Gobierno de Evo Morales y los representantes de los indígenas. Han tenido que pasar 19 días de huelgas y enfrentamientos para que los representantes gubernamentales y los pobladores de Potosí acerquen posiciones. Se han logrado cinco convenios, pero aún queda un punto pendiente para poder firmar el acuerdo final: la propuesta sobre la construcción de carreteras. Las empresas mineras que operan en la región boliviana de Potosí pueden comenzar a respirar tranquilas después del principio de acuerdo al que han llegado el Gobierno de Evo Morales y los representantes de los indígenas. Han tenido que pasar 19 días de huelgas y enfrentamientos para que los representantes gubernamentales y los pobladores de Potosí acerquen posiciones. Se han logrado cinco convenios, pero aún queda un punto pendiente para poder firmar el acuerdo final: la propuesta sobre la construcción de carreteras.
Evo Morales ha encontrado problemas con aquellos con los que debería llevarse bien. Estamos hablando de los indígenas que trabajan en las minas de la región de Potosí, los cuales han estado en huelga durante 19 días con el fin de conseguir sus demandas: una solución a un problema limítrofe con la región vecina de Oruro, proyectos de desarrollo minero, una fábrica de cemento, un aeropuerto internacional y la preservación del Cerro Rico de Potosí, la legendaria montaña que es explotada hace cinco siglos y que corre el riesgo de desplomarse.
Los dirigentes de Potosí, que mantenían las negociaciones con el gobierno, se trasladaron la mañana de este lunes a los puntos de bloqueo para consultar si los acuerdos logrados son suficientes para levantar las medidas de presión. De no haber objeciones, se espera que en las próximas horas los pobladores de Potosí levanten el bloqueo y permitan el flujo de centenares de vehículos que permanecieron parados durante el conflicto.
Lo llamativo de este hecho es que Evo Morales es indígena, como los trabajadores que están en huelga en Potosí. Al parecer, tener el mismo origen no les ha valido para llegar a un acuerdo antes de que pasaran 19 días. Y hasta hoy, los trabajadores del sector minero han estado también en huelga de hambre, bloqueando carreteras, lo que ha tenido como consecuencia enfrentamientos con aquellos que han intentado deshacer este parón.
«Se ha determinado el repliegue de este punto conflictivo de bloqueo para evitar enfrentamientos y derramamiento de sangre. Este mensaje que sirva para mantener la calma y la serenidad porque ya estamos a punto de ver los acuerdos», afirmó Celestino Condori, líder de la huelga y del Comité Cívico Potosinista, citado por la Agencia Boliviana de Información. Los enfrentamientos han tenido como resultado más de 20 personas resultaron heridas, entre ellas, un minero que perdió la mano por lanzar dinamita, y unos 50 camiones y buses tienen los vidrios rotos a causa de las pedradas.
Potosí es la región minera de mayor importancia en Bolivia, donde trabajan varias compañías mineras trasnacionales, entre ellas Sumitomo, la más importante. Según informa la agencia Efe, su filial San Cristóbal realizó inversiones de 1.400 millones de dólares (1.078 millones de euros) para la explotación de plata en el país.