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Embargo de Estados Unidos a Cuba: «Una política que fracasó»

Bandera de Cuba

A pesar del avance que significa que Cuba y Estados Unidos abrieran embajadas el año pasado y superasen una página de la «Guerra Fría», todavía se mantiene el embargo que aplica Washington a la isla y que es considerado por La Habana como el principal escollo para poder hablar de plena normalización de las relaciones bilaterales. A pesar del avance que significa que Cuba y Estados Unidos abrieran embajadas el año pasado y superasen una página de la ‘Guerra Fría’, todavía se mantiene el embargo que aplica Washington a la isla y que es considerado por La Habana como el principal escollo para poder hablar de plena normalización de las relaciones bilaterales.

«Durante 50 años, Estados Unidos siguió una política hacía Cuba que fracasó a la hora de mejorar la vida de los cubanos», reconoció el año pasado el presidente estadounidense, Barack Obama, ante Naciones Unidas.

Desde su implementación en 1962 por el presidente John Kennedy, los daños causados por el embargo ascienden a 125.873 millones de dólares, según las autoridades cubanas. Pero las presiones no han significado cambios de Gobierno en la isla.

Obama ha renovado cada año la llamada Ley de Comercio con el Enemigo, un estatuto de 1917 que es la base legal del embargo económico impuesto a Cuba. Las prórrogas implican que Obama mantiene su autoridad presidencial para flexibilizar las sanciones a la isla mediante decretos ejecutivos.

Durante estos casi dos últimos años, el Gobierno de Obama ha relajado dicho embargo bajo la autoridad que le concede esta legislación, como por ejemplo en lo relativo a viajes de estadounidenses a la isla, los vuelos aéreos directos y las licencias para empresas de telecomunicaciones.

«Las medidas ejecutivas van en la dirección correcta, pero son también limitadas en su alcance y profundidad», aseguró el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en rueda de prensa el pasado mes de septiembre.

Rodríguez consideró que algunos de los acuerdos, como el de telecomunicaciones, tienen «propósitos políticos para cambiar Cuba» y denunció que «no se ha materializado» la medida ejecutiva aprobada por Obama para permitir a Cuba la utilización del dólar en sus transacciones financieras internacionales.

Recientemente, Obama autorizó que las medicinas cubanas podrán ser importadas, distribuidas y vendidas en el país, si las farmacéuticas cubanas obtienen la aprobación de las autoridades sanitarias estadounidenses.

Otra de las disposiciones es que Estados Unidos eliminó el límite de 100 dólares en valor para el ron y cigarros de Cuba que los viajeros estadounidenses pueden llevar a su país cuando regresen de la isla.

«Las medidas son positivas aunque de carácter muy limitado y en general benefician a Estados Unidos más que a Cuba y su pueblo», aseguró la directora general para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal.

El Gobierno cubano también lamentó las multas aplicadas por Estados Unidos a los bancos que participan en transferencias bancarias con personas físicas o jurídicas que operan en la isla y que no cuentan con el visto bueno previo del Departamento del Tesoro.

«Es muy pesado el efecto intimidatorio de los 14.000 millones aplicados como multas, récord mundial del periodo de la presidencia del presidente Obama, fundamentalmente contra bancos europeos y asiáticos», afirmó el canciller Rodríguez.

Desde 1992, Cuba presenta en Naciones Unidas el proyecto de resolución «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba».

Cada año, la resolución ha ido consiguiendo más apoyos. En 2015 recibió el respaldo de 191 países y tan solo votaron en contra Israel y Estados Unidos.

Este amplio respaldo tan solo significa una «victoria moral» porque la votación de la ONU no obliga a Washington a hacer ningún cambio al no ser vinculante y en caso de serlo tiene derecho de veto en el Consejo de Seguridad.

A pesar de ello, el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Abelardo Moreno, aseguró a la prensa que «mientras exista el bloqueo, Cuba seguirá presentando resoluciones de este tipo».

Pero en realidad, quien tiene legalmente la llave para su eliminación es el Congreso de Estados Unidos, de mayoría republicana, y allí el panorama no es muy positivo para Cuba.

«Dado que los dos últimos años de normalización de relaciones no han hecho más que envalentonar al régimen a expensas del pueblo cubano, tengo toda la intención de mantener el embargo a Cuba», aseguró recientemente el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan.

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