La Confederación General del Trabajo fiel a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner parece estar viviendo un momento amargo. Pues considera que el Gobierno quiere desfinanciar las obras sociales para que los gremios no los controlen. La Confederación General del Trabajo fiel a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner parece estar viviendo un momento amargo. Pues considera que el Gobierno quiere desfinanciar las obras sociales para que los gremios no los controlen.
Según señala el periódico Clarín, este es uno de los ejemplos que hace que la CGT oficial se esté planteando romper lazos con la mandataria. En el medio más contrario a la viuda de Néstor Kirchner consideran que “la jefa política parece obsesionada con apoderarse de otra caja millonaria”.
Clarín ha podido acceder a un informe de la central obrera en la que señalan, en concreto, que “el modelo de las obras sociales nos sume en amenazas de índole económico-financieras, administrativas y de autonomía de gestión”. Lo que podría traducirse en “una crisis previa a una intervención”.
Según los sindicalistas, el avance de la propuesta de un Seguro Universal de Enfermedades catastróficas supone perder la gerencia de las obras que “indiscutiblemente” se han ganado.
Han agregado también que cada vez es menos probable que les devuelvan los 15.000 millones de pesos adeudados por el Gobierno.
Este texto ha encendido todas las alarmas, hasta tal punto que José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias, ha tenido que dar la cara ante la CGT de Antonio Caló y asegurase que las obras sociales no están en peligro, aunque la Casa Rosada maneja con mano de hierro las obras sociales a través de Liliana Korenfeld desde la Superintendencia de Servicios de Salud.
