A pesar de que todo apuntaba a que el presidente ecuatoriano Rafael Correa sólo tendría que enfrentarse a un grupo opositor para revalidar su presidencia, hasta el momento se perfilan siete aspirantes presidenciales, contando con él. A pesar de que todo apuntaba a que el presidente ecuatoriano Rafael Correa sólo tendría que enfrentarse a un grupo opositor para revalidar su presidencia, hasta el momento se perfilan siete aspirantes presidenciales, contando con él.
Entre ellos, destacan Alberto Acosta, por la Coordinadora Plurinacional de Izquierdas; Guillermo Lasso, del movimiento CREO; Lucio Gutiérrez, por Sociedad Patriótica; Álvaro Noboa, del Prian. A estos se sumarían Norman Wray, de Ruptura; y Mauricio Rodas, de Suma.
Este incremento en las filas no sólo supone una dispersión de candidatos, sino también de tendencias políticas e ideológicas. En 2006 se presentaron trece aspirantes, en 2008 ocho. El aumento de los aspirantes hace que la prensa especializada se pregunte si los candidatos desean acceder realmente a la presidencia o fortalecer a algún grupo político.
El analista político Jorge León, ha señalado que la dispersión de este año tiene diferencias con las anteriores campañas electorales y demuestra la dificultad que tienen los partidos, especialmente por la recolección de firmas, para constituirse.
Por su parte, el catedrático Luis Verdesoto ha añadido que este espectro político de dispersión favorece a Correa y a sus intereses. Mientras que el asambleísta César Montúfar ha señalado que en este nuevo tablero político se ha llegado al peor escenario posible que es una dispersión moderada, con cinco o seis candidatos en la que no existen representantes de un centro político. “De esto, el principal beneficiario es Correa”.
