La posibilidad de una crisis económica en Argentina ha abierto una grieta en el partido de Cristina Fernández de Kirchner. Un ala, representada por el actual ministro de Economía, apostaría por pedir ayuda externa y mientras que el sector político utilizaría fuentes internas. La posibilidad de una crisis económica en Argentina ha abierto una grieta en el partido de Cristina Fernández de Kirchner. Un ala, representada por el actual ministro de Economía, apostaría por pedir ayuda externa y mientras que el sector político utilizaría fuentes internas.
El actual ministro de Economía, Amado Boudou, apoya como posible sustituto a Hernán Lorenzino, así como la búsqueda de financiación externa si la crisis mundial golpea a Argentina. «Quiere un acuerdo con el Club de París y colocar deuda por entre 2.500 y 7.000 millones de dólares», agregó una fuente oficial a La Nación.
Sin embargo, Carlos Zannini, del ala política, no considera viable esta alternativa por la situación actual mundial, así como tampoco la cree necesaria.
El objetivo del sector de Zannini es agotar las fuentes de financiamiento interno, así como estudiar una posible reforma tributaria en 2012 para mejorar los ingresos fiscales, según afirmó la fuente oficial. Apoyar el consumo y el empleo, con más subsidios para impedir futuros despidos, seguirán siendo las estrategias para poder mantener un crecimiento económico.
Esta situación de desconcierto continuará hasta las próximas elecciones de este fin de semana. Si la elegida es Cristina Fernández tendrá hasta diciembre para reorganizar su gabinete.
A pesar de ello, al Gobierno argentino le preocupa la crisis mundial, así como el precio de la soja y una posible desaceleración de la economía brasileña.
Además, a esto hay que añadir, que en la reunión del G-20 de la semana pasada, la presidenta del Fondo Monetario Internacional, ya advirtió que argentina era uno de los posibles países que se podían ver afectados por la crisis mundial.
