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El Gobierno de Temer baraja la privatización de compañías energéticas

Michel Temer, presidente de Brasil

El equipo del presidente interino de Brasil, Michel Temer, podría vender algunos activos del Estado para apuntalar las cuentas públicas como la eléctrica Furnas Centrales Eléctricas y BR Distribuidora, unidades de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras). El equipo del presidente interino de Brasil, Michel Temer, podría vender algunos activos del Estado para apuntalar las cuentas públicas como la eléctrica Furnas Centrales Eléctricas y BR Distribuidora, unidades de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras).

Un grupo de trabajo del Ejecutivo brasileño, según recoge Bloomberg, estaría trabajando en este proyecto cuyo fin es mejorar el déficit presupuestario al que se enfrenta el país y hacer más eficientes las empresas estatales. Se trata de una nueva muestra de la intención de Temer de distanciarse de su antecesora, la depuesta Dilma Rousseff.

Solo unos días antes había conocido la intención del líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de dar marcha atrás a algunas de las medidas económicas de la mandataria brasileña para aportar las suyas. Entre ellas destacan el recorte del gasto público, la reforma de las pensiones y la reducción de algunos impuestos.

En cuanto a las privatizaciones, el mandatario brasileños debe ser cuidadoso, puesto que muchos brasileños siguen viendo en empresas como Petrobras una de las enseñas nacionales a pesar de la crisis en la que se encuentra por culpa del escándalo de corrupción que la asola. Aunque la venta del negocio eléctrico es algo que siempre ha pivotado en el Gobierno debido a que la petrolera se ha enfocado, precisamente, en el oro negro.

Temer está dando prioridad a llenar las arcas públicas lo más rápido posible en medio de una de las peores crisis a las que se ha enfrentado el país latinoamericano. La situación política, que se ha saldado con la salida del poder de Rousseff por 180 días a favor de Temer, también ha sido un revulsivo y un motivo de preocupación para los brasileños.

A eso se le suma que muchos de ellos no están de acuerdo con el modo en el que el ahora presidente ha llegado al poder. Hay quien hubiera preferido ir a las urnas en lugar de tener un presidente que ha sido impuesto y al que no han votado. Hay que recordar que Temer fue el segundo de Rousseff en su equipo presidencial y que era, sin lugar de dudas, el candidato más factible.

El otro era Eduardo Cunha, el suspendido presidente del Congreso de los diputados que finalmente no ha tenido demasiado que hacer. Su relación con el escándalo de Petrobras y su salida de la Cámara Baja han pesado más que cualquier otra opinión. Así las cosas, es Temer quien ahora toma las decisiones y parece estar apostando por la privatización como modo de financiación.

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