El Gobierno chileno de Sebastián Piñera se ha dado por vencido y ha reconocido que el país ha entrado en un período de “desaceleración económica” debido a la caída de la demanda interna. Así lo ha admitido el propio ministro de Hacienda, Felipe Larraín, en un encuentro con periodistas extranjeros. El Gobierno chileno de Sebastián Piñera se ha dado por vencido y ha reconocido que el país ha entrado en un período de “desaceleración económica” debido a la caída de la demanda interna. Así lo ha admitido el propio ministro de Hacienda, Felipe Larraín, en un encuentro con periodistas extranjeros.
«Es claro que hay una desaceleración en curso», dijo Larraín en su intervención ante la prensa, aunque ha aclarado que, de momento, “la desaceleración es moderada. El ministro ha achacado este menor ritmo de crecimiento al descenso del consumo interno: «Hay una moderación de la demanda interna que configura un escenario distinto al que teníamos hace algunos meses y esto es algo que las autoridades monetarias están evaluando», ha señalado.
El pasado mes de marzo, la economía chilena creció el 3,1 % interanual, una tasa que se situó muy por debajo de lo esperado por los analistas, que habían pronosticado un aumento del PIB del 4,8 %. Por su parte, en febrero la expansión fue del 3,8 %, por lo que el ritmo descendió considerablemente tras el 6,7 % de enero. Sin embargo, Larraín ha asegurado que para abril “se espera una recuperación”.
Mientras que en cuanto a las previsiones de crecimiento para todo el año 2013, el ministro de Hacienda ha afirmado que el Gobierno espera una expansión del 5%. Estaría así en consonancia con el rango de entre el 4,5% y el 5,5% estimado por el Banco Central. De esta manera, el Ejecutivo confirma que considera que la economía avanzará a un ritmo menor que el año pasado, cuando creció un 5,6%.
