El Gobierno de Brasil ha anunciado un nuevo recorte del gasto público, que reduce unos 1.100 millones de reales (2.820 millones de dólares) para el presupuesto de este año con el fin de ajustar los gastos a la meta de déficit fiscal del 1% del Producto Interior Bruto (PIB). El Gobierno de Brasil ha anunciado un nuevo recorte del gasto público, que reduce unos 1.100 millones de reales (2.820 millones de dólares) para el presupuesto de este año con el fin de ajustar los gastos a la meta de déficit fiscal del 1% del Producto Interior Bruto (PIB).
Este nuevo recorte afectará durante el mes de diciembre a muchos gastos corrientes del Gobierno, que se prorrogarán hasta 2016 como agua o electricidad de toda la Administración Federal. De ello ha anunciado el Diario Oficial y lo recoge TVN.
Hasta ahora, el Ejecutivo de Dilma Rousseff prevé que cerrará el año con un déficit fiscal primario de 51.800 millones de reales (unos 13.282 millones de dólares) que suponen casi el 1% del PIB para este año. La cifra, sin embargo, no incluye las deudas de 57.000 millones de reales, o 14.615 millones de dólares, con la banca pública, que aún no se han contabilizado en los balances.
Dichas deudas pueden agravar aún más la previsión de déficit (en principio de año se esperaba que fuera del 1,2% del PIB luego se bajó al 0,7% y finalmente se dejó en el 1%) de no cancelarse antes de final de año.
Para la oposición, este retraso a la hora de pagar es un intento del Ejecutivo de “maquillar” sus balances de 2014, que ya han sido rechazados por el Tribunal de Cuentas, el principal órgano de contraloría del Estado brasileño. Apoyándose en ello, entre otras cosas, los partidos opositores apuestan por abrir un juicio con miras a destituirla por su “delito de responsabilidad”.
