El Gobierno argentino ha dado un nuevo paso en la ‘nacionalización’ de servicios controlados por empresas privadas. En esta ocasión, las nuevas ‘víctimas’ de la presidenta Cristina F. de Kirchner son los trenes. El Gobierno argentino ha dado un nuevo paso en la ‘nacionalización’ de servicios controlados por empresas privadas. En esta ocasión, las nuevas ‘víctimas’ de la presidenta Cristina F. de Kirchner son los trenes. El Ejecutivo ha anunciado que los ramales de carga adjudicados a la compañía brasileña América Latina Logística (ALL) pasarán a manos del Estado. Asimismo, se ha cancelado también la concesión del Tren de la Costa, un ferrocarril turístico.
En rueda de prensa, el ministro argentino de Interior y Transporte, Folerncio Randazzo, ha informado de que el Gobierno ha decidido rescindir el contrato de concesión de ALL por «graves incumplimientos» en el contrato. Randazzo ha justificado además la medida con el «compromiso del Gobierno de trabajar para bajar los costes de la logística» para que la producción del país sea «cada vez más competitiva».
El ministro ha apuntado que una auditoría que se comenzó a realizar el pasado mes de noviembre reveló un incumplimiento del pago del canon de concesión por más de seis meses. Se habría detectado además el abandono de ramales, el levantamiento de vías, el traslado de activos sin autorización y multas que superaban el 30% de las garantías del contrato, ha afirmado Randazzo.
La brasileña controlaba el Ferrocarril Central, una línea que pasa por las provincias de San Luis, San Juan, Mendoza y Córdoba y con terminales en los puertos de Buenos Aires y Rosario. También gestionaba ALL Mesopotámica, que atraviesa las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones.
En el caso del Tren de la Costa, cuya concesión había sido entregada en 1993 al grupo argentino Sociedad Comercial del Plata, Randazzo explicó que el contrato fue rescindido por falta de mantenimiento en el material rodante y las vías y por la omisión del pago del canon, informa Efe.
Este servicio de pasajeros con perfil turístico que une Buenos Aires con la localidad de Tigre, en la periferia norte de la capital. En las estaciones posee galerías comerciales, además de un parque de atracciones en Tigre, por lo que la cancelación del contrato afecta también a estos complejos.
