La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se encuentra en una gira por Latinoamérica con el objetivo de cambiar la imagen del organismo internacional en la región. Para ello ha elogiado las políticas económicas de algunos países. Esta vez el afortunado fue México. La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se encuentra en una gira por Latinoamérica con el objetivo de cambiar la imagen del organismo internacional en la región. Para ello ha elogiado las políticas económicas de algunos países. Esta vez el afortunado fue México.
“Gracias al marco sólido macroeconómico y a la hábil política económica mexicana, el país está manejando bien una situación de crisis en todo el mundo”, afirmó Lagarde, subrayando que “muchos países pueden aprender y sacar lecciones muy útiles de la experiencia mexicana”.
También remarcó que México ha “hecho mucho en cuanto a reformas estructurales, que buscan desencadenar el potencial de crecimiento del país”.
Sin embargo, la mandataria del FMI puntualizó que “las autoridades tienen todavía margen de maniobra para hacer mucho más, sobre todo cuando se trata de algunos sectores en particular que son sumamente boyantes y activos como el de la energía”, que en México está mayoritariamente bajo control del estado.
Lagarde dio un espaldarazo al país y afirmó que “tengo plena confianza en que el presidente, Felipe Calderón, y sus ministros son perfectamente competentes y capaces y poseen la determinación para coordinarse con miembros del G20 para tener una agenda eficiente”.
Por su parte, el ministro de Hacienda, José Antonio Meade, afirmó que desea que su país sea “un foro positivo en el que se incluyan asuntos como la volatilidad de precios, el crecimiento verde y la actual crisis económica, entre otros”.
El director del Banco Central, Agustín Carstens, -su ex rival en la lucha por el poder del organismo internacional- manifestó “la disposición de México de aportar recursos adicionales al FMI para darle mayor grado de alcance y acción”, como acordaron los miembros del G20 en la última cumbre, celebrada en Cannes, Francia.
