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Nombramientos claves en comercio también apuntan a un nuevo aislacionismo

El discurso inaugural de Trump alienta el pesimismo en la región

Donald Trump, presidente de EEUU

Los nombramientos de Peter Navarro al frente del recién creado Consejo Nacional de Comercio y de Wilbur Ross como Secretario de Comercio también apuntan a un nuevo aislacionismo de la mayor economía global. Incluso después de su discurso inaugural continúa la incertidumbre sobre cuál será el verdadero carácter de la Presidencia de Trump, sobre cuánto hay de fanfarroneo y cuánto de verdad en sus declaraciones de intenciones. Pero a juzgar por sus nombramientos y por sus palabras al asumir la Presidencia, parece que va en serio.

Nombramientos como los de Peter Navarro al frente del recién creado Consejo Nacional de Comercio y de Wilbur Ross como Secretario de Comercio. Dos proteccionistas que han anunciado su intención de subir las tarifas sobre las importaciones y que culpan al déficit comercial de EE.UU. de que su crecimiento económico no sea mayor.

Además, Ross y Navarro han acusado a China y Alemania de manipular sus divisas a la baja y, así, hacer trampas para conseguir sus superávits; y a Canadá, Corea del Sur y México de beneficiarse de injustos acuerdos comerciales.

A ello se suman las palabras del ya nuevo presidente estadounidense al asumir hoy su cargo. Y lo ha dejado claro: EE.UU. y los estadounidenses, primero. La era Trump parece confirmarse, así, que llegará con nuevas tendencias aislacionistas.

Todo ello, sin duda, perjudicará las perspectivas comerciales y económicas del conjunto de América Latina, y, especialmente las de México, Centroamérica y el Caribe. En primer lugar, el país azteca que sufrirá, de hecho ya lo está haciendo, ante la más que probable cerrazón de su principal socio comercial, con el que mantiene un intercambio de alrededor de 500.000 millones de dólares anuales.

Un golpe que tendría un efecto aún más devastador si se confirmase la intención de Trump de deportar a los 3 millones de inmigrantes ilegales con algún tipo de antecedente penal en EE.UU. de forma sistemática e inminente hacia sus países de origen.

El impacto de medidas como esta al igual que otra de las medidas anunciadas por el neoyorquino, como la imposición de nuevas tarifas para los productos importados por su país, se multiplicará a lo largo de toda la región.

Y, en cualquier caso, ya es un hecho, que la presión del maganate sobre sus multinacionales ha hecho que varias de ellas, especialmente las automovilísticas, revisen sus millonarios planes de inversión en terceros países. Al igual que se asume de forma generalizada que el TPP ha muerto.

Pero el cambio podría ser todavía más traumático ya que Trump no sólo prometió retirar a EE.UU. de dicho Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), en el que estaban incluidos México, Perú y Chile; sino que también ha manifestado su intención de revisar el NAFTA: el tratado de libre comercio de EE.UU. con México y Canadá.

Del mismo modo, Trump ha afirmado en campaña que revertirá las órdenes ejecutivas de Obama respecto a Cuba, salvo en el caso poco probable de que «el régimen de Castro cumpla con nuestras demandas» que «incluyen libertad religiosa y política y la liberación de presos políticos».

Incluso sobre Argentina y Brasil, con los que existe una menor integración, se han empezado a hacer notar las consecuencias en forma de un mayor coste de financiación asociado a la mayor incertidumbre en la región.

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