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El ‘chavismo’ negocia compra de alimentos a compañías de multimillonarios brasileños

Bandera de Venezuela

Los propietarios de las empresas con las cuales el Gobierno de Venezuela negocia la compra de alimentos son megamillonarios que financian a candidatos a presidentes y diputados de todas las tendencias. JBS, la empresa que Diosdado Cabello visitó en Sao Paulo, es lider mundial en la venta de carnes. En marzo del año pasado, el gobierno de Venezuela aprobó la compra de mil 765 millones de dólares para traer de Brasil 429 mil toneladas de alimentos. En julio llegaron a Puerto Cabello 26 mil 698 toneladas para la Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas (Casa), que fueron descargadas en los muelles 24-A y 27, según datos de la revista “Informes”.

En noviembre, arribaron más de dos mil 400 toneladas de pernil, más de 11 mil 900 toneladas de carne y pollo congelados y, para completar el cuadro alimenticio, otras 1. 900 toneladas de leche en polvo y margarina.

Todo provenía de la empresa JBS, de Brasil, la que visitó Diosdado Cabello durante su sorpresivo viaje a Sao Paulo para pedirles el favor de que aumentaran la cuota de alimentos enviados a Venezuela.

Y si bien nadie sabe en qué culminaron las visitas de Cabello a las grandes empresas de Brasil – si logró que JBS enviara más comida o las farmacéuticas más medicinas-, lo cierto es que, una vez más, el socialismo chavista gasta los dólares del erario público negociando con su archi enemigo, la empresas capitalistas que, según el viejo marxismo que todavía gobierna sus ideas, se basa en la explotación el hombre por el hombre, aquí, en Brasil y en la China.

Y JBS sería uno de sus adversarios emblemáticos. Una mega corporación con un valor de mercado de 48. 641 billones de dólares, más de 200 mil empleados y gobernada desde su nacimiento por un apellido, los Batista ( la fundó José Batista Sobrino, iniciales que aún lleva la empresa), quienes han traspasado el mando de generación en generación, cual oligarcas enemigos del pueblo.

Hoy la empresa está dirigida por Wesley y su hermano Joesley Batista, ninguno de los cuales llega a los 50 años. Y tan bien les ha ido en los negocios a los multimillonarios hermanos, que en 2014 adquirieron la empresa australiana Primo Smallgoods por 1,250 billones de dólares y Moy Park localizada en Irlanda do Norte, por 1,5 billones de dólares. Y este año acaban de adquirir en Estados Unidos la División de Cerdos de Cargill por otros 1,45 billones de dólares. Y sin problema alguno – como ocurre en las democracias civiles-, declararon en el 2014, ante los organismos electorales, que habían donado el equivalente a 1 millón 227 mil dólares para la campaña electoral de Dilma R0usseff y de varios diputados y gobernadores.

A la otra empresa, mucho más pequeña, a la que el socialismo bolivariano ha comprado alimentos el año pasado- pasta en este caso- es Pastificio Selmi, S.A, uno de cuyos propietarios, Ricardo Oliveira Selmi, donó dinero el año 2012 para la la campaña electoral del Partido Progresista, considerado de derecha en el universa brasileño, como lo asegura el portal.

Las otras empresas brasileñas a las que el gobierno de Venezuela le compra alimentos, no son menos capitalistas. Bunge International Ltd. con sede en Bermudas, es una de las corporaciones más grande del mundo en comercialización de soja. Su nombre también nace del apellido de su fundador, que partió de Argentina para Brasil y de allí al imperio, Estados Unidos. En 2012, las exportaciones de Bunge LT superaron los 8 billones de dólares, ubicándose como la tercera exportadora de Brasil.

Hoy producen -y venden- aceites, mayonesa, margarina, azúcar y fertilizantes. Con oficinas en medio mundo, su Gerente General, Raúl Padilla, fue nombrado el año pasado CEO de Bunge Brasil, la empresa que negocia con Venezuela. En su declaración de impuestos, Raul Padilla apuntó en 2014, una ganancia neta 4 millones 586.302 dólares. De ese total, 920 mil 967 dólares fueron salario, 1 millón 324 mil 627, un bono y otros 934 mil 560 y otros 874 mil 170 dólares le fueron cedidas en acciones, más 531.978 dólares que provenían de otras compensaciones.

Valga el dato para inferir a quiénes beneficia y en cuánto, las ventas al socialismo bolivariano. Beneficios que, cabe suponer, algo salpicará en uno que otro funcionario local con capacidad de decidir a quién benefician al por mayor mientras ellos cobran al detal.

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