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El chavismo, atemorizado ante una posible derrota en las próximas elecciones venezolanas

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

Diversas corrientes del chavismo comienzan a hablar del fin de la revolución. Pero para que sea una realidad, la oposición debe ganar en estados emblemáticos donde el régimen ha designado las piezas fuertes que le restan: queman sus mejores –y últimos- cartuchos. Diversas corrientes del chavismo comienzan a hablar del fin de la revolución. Pero para que aquello sea una realidad, la oposición debe ganar en estados emblemáticos, no solo por ser bastiones del oficialismo, sino porque allí el régimen ha designado las piezas fuertes que le restan: queman sus mejores –y últimos- cartuchos.

La oposición y el Psuv ya lanzaron sus cartas. Los primeros, brincando obstáculos que van desde cambios extemporáneos en el reglamento (paridad de género), pasando por los ya tradicionales reacomodos de números de diputados a elegir en estados (a Miranda, bastión opositor, le quitaron uno), hasta las inhabilitaciones como forma de judicializar la política. El Psuv, por su parte, gozando todavía de la maquinaria mediática y económica, enfrenta la elección más difícil en su historia. Lo han dicho diversos personeros del Gobierno directa e indirectamente. Por eso lanzan candidaturas, incluso, de ministros. Cualquier cosa con tal de salvar al régimen en determinados circuitos que de perderse, los fundirían en la derrota.

Comparar el escenario actual de elecciones parlamentarias con las presidenciales de 2013 es para muchos politólogos consultados –como Carolina Abrusci, profesora UCV y Ex Secretaria Juvenil Nacional de AD– un absurdo, aun cuando el contexto haya cambiado sensiblemente, incluyendo cambio de líder (Maduro por Chávez) y la situación económica se haya deteriorado a niveles históricos. Pero los dos puntos precedentes son de suma importancia a considerar cualitativamente, además de opiniones como las de Óscar Schemell –director de Hinterlaces- quien ha manifestado abiertamente el descontento entre los simpatizantes del Psuv, cuestión que los llevaría a dos caminos: Votar por la MUD o abstenerse. Ambas son igual de nocivas para el chavismo. Ni hablar de otra docena de encuestas cuyo resultado es el mismo: La MUD parte con suficiente ventaja sobre el Psuv.

Así las cosas, en Cojedes se enfrentan Cilia Flores (Psuv) y Dennis Fernandez (AD, aspira a la reelección). El resultado de las parlamentarias de 2010 le otorgó al oficialismo 63% de total de votos frente a 32% de la alianza opositora, que en aquella oportunidad acudió sin usar la tarjeta única. Fernández ya juramentó comando de campaña e inició recorrido por nueve municipios clave de la entidad. Flores por su parte se inscribió con un acto (era lo menos que podía esperarse) al que acudieron centenares de activistas rojos. Falta ver cómo empezará a tocar puertas en Cojedes, si es que en realidad ha tomado en consideración la idea de hacerlo, en momentos en los que ningún recurso de acercamiento puede ser menospreciado por las dos fuerzas en pugna.

Y si de Barinas se trata, Asdrúbal Chávez, Ministro para el Petróleo, fue enviado a salvar la cuna de Hugo Chávez usando slogans como “llanero, petrolero y chavista de verdad”. Allá en Barinas el Psuv ya perdió la capital con José Luis Machín, y la imagen de Adán Chávez en la gobernación se ha visto afectada no solo por el contexto nacional sino por su gestión en particular. El candidato de la MUD es Julio César Reyes (Avanzada Progresista), otro aspirante a la reelección y quien ya sostuvo reunión con 24 coordinadores regionales de su partido y la MUD. El resultado de las parlamentarias 2010 fue de 56% de los rojos contra 42% de la oposición.

En Monagas va Diosdado Cabello, el hombre de El Furrial. Allí la MUD lanzó a Carlos Vecchio, número dos de Voluntad Popular y perseguido político en situación de exilio. En 2010 el Psuv obtuvo 58% del total de la votación contra 35% de la MUD. Es, quizás, junto a la de Cilia Flores, la candidatura más emblemática del chavismo. Por Miranda va Haiman El Troudi, en tanto que la MUD acaba de postular –al cierre de esta nota- a Freddy Guevara, de Voluntad Popular, sustituyendo a María Corina Machado.

En Guárico, el Psuv postula a Oscar Figuera, mientras que la MUD postula a Carlos Prosperi (AD) quien ya calienta motores a través de la dirigencia juvenil adeca nacional y regional con recorridos nada menos que en el mercado municipal de San Juan de los Morros con notable éxito, según apuntan desde la entidad llanera, donde también los adecos gobiernan en Valle de la Pascua con Pedro Loreto y en Mellado con Orlando Hernández, además de Yovanny Salazar en Chaguaramas, de Voluntad Popular. En 2010, el Psuv ganó con 58% de los votos.

En Distrito Capital van Tania Díaz (Psuv) y Tomás Guanipa (PJ-MUD), quien ya inició recorridos en el presunto bastión del chavismo: Parroquia Antímano, cuestión que reseñamos en KonZapata en su oportunidad y en donde militantes del Frente Bolivariano de Liberación pintaron un mural que decía: “La inflación mató a la revolución”. En 2010, la MUD le ganó por margen de 0,1% al Psuv.

Lara es territorio de Henri Falcón, y la MUD lanzó a Édgar Zambrano (AD). Falcón ha trabajado para ello e intenta proyectarse como un líder alternativo a Leopoldo López y Henrique Capriles. Allí el Psuv lanzó a “la almiranta” Cármen Meléndez, otra pieza emblemática. El gran escollo para la MUD es que Eduardo Gómez Sigala, diputado saliente de la alianza opositora, no consiguió la nominación en esta oportunidad y decidió lanzarse por cuenta propia.

Pero como quiera que sea, y aunque es inútil comparar peras con manzanas, el Psuv ya ha tocado su techo electoral en muchos estados del país, mientras que la MUD no para de crecer. Eso es lo que realmente importa: Que las curvas ya se están cruzando. El único tropiezo de la oposición en su ascenso se dio en el año 2013, cuando la consigna plebiscitaria y la desmotivación del voto opositor hizo merma en el número de votos.

Tampoco pueden menospreciarse las múltiples coincidencias entre las diversas encuestadoras reconocidas. Y menos restarle fuerza al asunto de la escasez. La quema de los cuadros de Chávez y Maduro en Sinamaica da cuenta de lo mal que le está yendo al oficialismo. Ya lo decía un militante rojo en el reconocido portal Aporrea: “Lo que se discute no es si el Psuv va a ganar o va a perder, sino la magnitud de la derrota”.

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