Todo apunta a que el Banco Mundial y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, han hecho las paces. De hecho, el mandatario ha recibido con los brazos abiertos los 1.000 millones de dólares provenientes de este organismo. Aunque sin condiciones ni políticas de ajustes. Todo apunta a que el Banco Mundial y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, han hecho las paces. De hecho, el mandatario ha recibido con los brazos abiertos los 1.000 millones de dólares provenientes de este organismo. Aunque sin condiciones ni políticas de ajustes.
El diario ecuatoriano El Comercio se hace eco de ello y comenta que uno de los objetivos del Banco Mundial es, por ejemplo, la eliminación de la pobreza extrema hasta el 2030. Para alcanzar esa meta la entidad está dispuesta este año a duplicar su capacidad de préstamos en países de ingresos medios como Brasil o México.
Ecuador, debido a su comportamiento en la última década, ya se considera un país de ingresos medios. De hecho, en su reunión anual en Washington, la semana pasada, consideró que el crecimiento económico para reducir la pobreza extrema no basta. Es necesario, además, crecer de un modo más inclusivo e incrementar el número de programas orientados a ayudar a las familias pobres de modo directo.
Como comenta la prensa de la zona, es un buen momento para que el Banco Mundial y Correa hagan las paces, puesto que la ‘década dorada’ de Latinoamérica ha terminado, y las perspectivas de crecimiento son menores, de manera que es necesario redoblar esfuerzos para mantener una buena economía y crecimiento.