Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Dilma Rousseff termina su primer año en el poder con una popularidad récord

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cumple este domingo su primer año en el poder, y lo hace con una popularidad récord del 72% a pesar de haber hecho gala de un estilo mucho más sobrio y firme para gobernar la sexta economía del planeta del que hacía gala el popular Luiz Inacio Lula da Silva. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cumple este domingo su primer año en el poder, y lo hace con una popularidad récord del 72% a pesar de haber hecho gala de un estilo mucho más sobrio y firme para gobernar la sexta economía del planeta del que hacía gala el popular Luiz Inacio Lula da Silva, su predecesor.

«Su estilo más duro, de gerente, que da esa imagen de dama de hierro que se enfrenta a la corrupción, está agradando a la clase media tradicional», ha dicho en declaraciones a la agencia AFP Ricardo Ribeiro, analista de MCM consultores. Rousseff se ha deshecho de seis ministros acusados de corrupción en los últimos seis meses, y algunos de ellos ocupaban carteras claves como la de Deportes. El país recibirá el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Otro de los factores que impulsaron esta popularidad récord para un primer año de gobierno se resume en «la satisfacción de los brasileños con la economía», explica por su parte Renato Fonseca, gerente de la encuesta Ibope. No obstante, este factor puede tener su doble filo.

Muchos analistas concuerdan al señalar que en el segundo año se suele reducir la inercia favorable, que en este caso venía de la herencia del gobierno Lula, el cual terminó con 80% de popularidad y un PIB del 7,5%. Ahora, la población puede mostrarse más crítica y pedir más del gobierno, incluidas reformas que no ha emprendido, sobre todo si la crisis impacta a Brasil y si aumentan las denuncias y las disputas entre sus aliados.

Otro reto para Dilma es la avalancha de elecciones regionales -5.000 municipios acuden a las urnas en 2012- que se avecinan en el país. Ribeiro asegura que controlar una base aliada de diez partidos tradicionalmente poco leales y con intereses propios no es fácil. Rousseff lo conseguirá si su popularidad la mantiene a ella, o incluso a Lula, como opción para las presidenciales de 2014, subraya el analista.

Más información

Scroll al inicio