La representación de Cuba en Naciones Unidas ha abogado por una reforma genuina y profunda del Consejo de Seguridad, para convertirlo en un órgano democrático, representativo, eficaz y transparente.
La representación de Cuba en Naciones Unidas ha abogado por una reforma genuina y profunda del Consejo de Seguridad, para convertirlo en un órgano democrático, representativo, eficaz y transparente.
Así lo expresó la embajadora cubana en ONU, Anayansi Rodríguez, en un debate abierto este pasado miércoles, sobre los métodos de trabajo del órgano de 15 miembros, el único con carácter vinculante dentro de Naciones Unidas.
La representante permanente de Cuba pidió una ‘acción rápida’ que permita avanzar en la democratización del Consejo, ?tanto en lo referido a su composición como a su funcionamiento?. ?Está en peligro la credibilidad de las Naciones Unidas y su legitimidad a largo plazo?, apuntó.
Rodríguez rechazó la manipulación selectiva en algunas operaciones del Consejo y la politización de ciertos asuntos, de acuerdo con intereses particulares de dominación y hegemonía.
Asimismo, la embajadora expresó preocupación por la tendencia de ese organismo de abordar cuestiones que no plantean una amenaza inmediata a la paz y la seguridad internacionales.
Del mismo modo, añadió, ?a veces asumen funciones que escapan a su competencia y que, según la Carta de Naciones Unidas, corresponde a otros órganos como la Asamblea General?.
La diplomática cubana pidió una vez más la eliminación inmediata del ‘privilegio anacrónico y antidemocrático del veto’ y reiteró la necesidad de que el Consejo adopte un texto final para regular su trabajo.
?Solo de esa forma podrá ponerse fin al estado ‘provisional’ de las reglas de procedimiento que ha tenido el órgano de 15 miembros por más de 70 años?, recalcó.
La reforma del Consejo de Seguridad es un asunto en el que coinciden la mayoría de los países miembros de la ONU con el fin de adaptarlo a las condiciones y dinámicas actuales de la arena internacional.
