En su último informe, el FMI ha vuelto a cargar contra el Gobierno argentino por la poca fiabilidad de sus datos sobre inflación. Una polémica que anticipa un tenso encuentro en Nueva York entre la presidenta Cristina Fernández y Christine Lagarde, jefa del organismo internacional. En su último informe, el FMI ha vuelto a cargar contra el Gobierno argentino por la poca fiabilidad de sus datos sobre inflación. Una polémica que anticipa un tenso encuentro en Nueva York entre la presidenta Cristina Fernández y Christine Lagarde, jefa del organismo internacional.
La eterna pugna entre los técnicos de la institución, que siguen sin confiar en los datos aportados por parte del Gobierno argentino, y las promesas de Cristina Fernández, que en repetidas ocasiones se ha comprometido a mejorar la calidad de sus mediciones, ha dado lugar a que una vez más el FMI tome como guía a los estudios privados para sus estimaciones sobre Argentina, en vez de acudir a las cifras oficiales.
Se espera Cristina y Lagarde se vean las caras en el marco de la 66 Asamblea General de la ONU, que se celebra en Nueva York. Un encuentro que puede estar marcado por la tensión que la polémica sobre las estadísticas podría generar en ambas figuras, que podrían acercar posiciones personalmente al respecto y llegar a un acuerdo. Cristina mantiene desde hace años una cruzada contra los informes privados, que hablan de una inflación descontrolada y cercana al 29%. Algo que la mandataria rechaza.
El FMI ha sido inusualmente duro esta semana y en un informe ha señalado que «para la supervisión macroeconómica, hasta que la calidad de los datos hayan mejorado, el personal del FMI hará uso alternativo de las estimaciones de analistas privados, que han mostrado un crecimiento que es, en promedio, significativamente menor que el crecimiento del PBI oficial, a partir de 2008, y de estimaciones de organismos provinciales de estadística y de analistas privados, que han mostrado una inflación considerablemente más alta que la tasa de inflación oficial, a partir de 2007».
Según el organismo internacional, para este año la inflación en Argentina será del 11,5%, mientras que para el próximo, 2012, se situará en un 11,8%. En todo caso, según las previsiones de los técnicos del organismo, la cifra no bajará de dos dígitos, una barrera simbólica.
La presión que ha venido ejerciendo el FMI sobre Argentina para que el país sudamericano ofrezca datos fiables sobre el estado de su economía sigue sin obtener frutos. Después de la toma de posesión de Lagarde como jefa del organismo, Cristina se comprometió a trabajar para mejorar la calidad de los datos oficiales. Una promesa que el FMI no termina de creerse.
