La fuga de dólares se mantiene como la principal preocupación del Gobierno argentino y su presidenta Cristina Fernández que esta semana ha desplegado una actividad frenética en la batalla. Si ayer las restricciones afectaban a los argentinos que quisieran disponer de divisas en el exterior. Hoy le ha llegado el turno a los exportadores, uno de los colectivos más polémicos. La fuga de dólares se mantiene como la principal preocupación del Gobierno argentino y su presidenta Cristina Fernández que esta semana ha desplegado una actividad frenética en la batalla. Si ayer las restricciones afectaban a los argentinos que quisieran disponer de divisas en el exterior. Hoy le ha llegado el turno a los exportadores, uno de los colectivos más polémicos.
El mensaje de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha sido inequívoco, cualquier exportador que aspire a cobrar los reintegros de sus operaciones de venta en el exterior tiene que tener todas sus liquidaciones al día. En caso contrario no sólo dejará de recibir el dinero correspondiente a sus operaciones si cerrar. Dejará de cobrarlo todo. Hasta que se ponga al día.
El presidente de la AFIP ha anunciado esta medida cargado de razones. Según sus datos, a día de hoy habría más de 99 99.295 operaciones realizadas por 7.484 exportadores que no se habrían cerrado. Es decir que, según los bancos intermediarios, se trata de operaciones de venta anotadas por la Aduana y autorizadas cuyo pago no se habría ingresado.
Las sospechas de los inspectores se concentran en la posibilidad de que muchos de estos permisos solicitados se correspondieran en realidad con operaciones comerciales falsas, sólo destinadas a conseguir una autorización con la que captar dólares en el exterior. Un dinero que no habría efectuado el correspondiente viaje de vuelta a Argentina que marca la legislación.
