La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quiere enterrar el hacha de guerra con el presidente electo uruguayo, Tabaré Vázquez. En su primera legislatura tuvieron un problema por unas papeleas, pero Fernández ve en Vázquez un factor para las presidenciales argentinas. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quiere enterrar el hacha de guerra con el presidente electo uruguayo, Tabaré Vázquez. En su primera legislatura tuvieron un problema por unas papeleas, pero Fernández ve en Vázquez un factor para las presidenciales argentinas.
Muchas han sido las muestras de cariño por parte de los kirchneristas hacia Vázquez, desde la llamada telefónica de la mandataria argentina hasta la visita del gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli pasando por el saludo del precandidato socialista Hermes Binner.
Según la prensa latinoamericana, uno de los desafíos que tendrá el nuevo jefe de Gobierno uruguayo será precisamente como reconducir las relaciones con Argentina, algo que se transformó en una batalla tras la instalación de unas papeleras en las orillas de un río fronterizo, aunque Fernández ya ha dado señales de querer dejar ese altercado en el pasado.
De hecho, para el año que le queda en la Casa Rosada su intención es (según el diario argentino La Nación), mejorar el vínculo con Uruguay. Las fuentes consultadas por el medio han asegurado que no será sencillo romper con una historia llena de desencuentros, pero como el conflicto era sobre todo entre Néstor Kirchner y Vázquez, todo apunta a que su viuda apostará por el pragmatismo.
Otros aseguran que va a ser más complicado de lo que parece, pues la presidenta también tuvo problemas con José Mujica en la presidencia uruguaya. Por ejemplo, Claudio Paolillo, director del semanario Búsqueda, ha señalado que la relación seguirá siendo mala, “desde hace varios meses Argentina ha impedido que todos los embarques que paran en el puerto de Montevideo puedan pasar por el puerto de Buenos Aires, o al revés”.
