Un día después de anunciar que se presenta a la reelección presidencial como candidata del peronismo, Cristina Fernández ha convocado a una reunión al gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, de quien se especula que, en un futuro gobierno, ocuparía el cargo de vicepresidente. Todo indica que la presidenta argentina piensa ya en futuro y que ha asumido el nuevo reto con energía, pese a las dudas que generaron su silencio y su delicado estado de salud. La respuesta a social que ha cosechado, parecen avalar su decisión. Un día después de anunciar que se presenta a la reelección presidencial como candidata del peronismo, Cristina Fernández ha convocado a una reunión al gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, de quien se especula que, en un futuro gobierno, ocuparía el cargo de vicepresidente. Todo indica que la presidenta argentina piensa ya en futuro y que ha asumido el nuevo reto con energía, pese a las dudas que generaron su silencio y su delicado estado de salud. La respuesta a social que ha cosechado, parecen avalar su decisión.
En un discurso retransmitido por la cadena televisiva Nacional, Cristina afirmó que «siempre supe lo que debía hacer, y siempre tuve un alto sentido de la responsabilidad política, histórica y personal». Pese a no haber sido confirmado el nombre de quien la acompañará como vicepresidente, la reunión de hoy con Capitanich parece ir desvelando el porvenir. Según todos los sondeos, CFK vencerá con comodidad a sus adversarios el 23 de octubre.
Cristina se mostró contundente y disipó todas las dudas que se habían instalado en la opinión pública argentina durante los últimos tiempos. «Mi compromiso es irrenunciable e irrevocable», declaró, tajante, para después afirmar que «es un ejercicio de responsabilidad tomar las decisiones cuando corresponden porque es la obligación. Me hubiera gustado hacerlo cuando vencía el plazo electoral, pero vamos a someternos una vez más».
Según todos los sondeos, CFK tiene todas las papeletas para renovar su mandato con una holgada mayoría sobre sus opositores: Eduardo Duhalde (peronismo disidente), Ricardo Alfonsín (de la Unión Cívica Radical) y el socialista Hermes Binner. En concreto, los principales estudios le otorgan a Cristina entre un 41% y un 48% de intención de voto, mientras que sus adversarios estarían en torno al 10% cada uno, lo que les impediría superar a la viuda de Néstor Kirchner.
El peronismo ya la había elegido candidata para las próximas elecciones presidenciales del 23 de octubre. El Congreso Nacional del Partido Justicialista (PJ), actualmente en el gobierno argentino, dio su apoyo total a la opción de que Cristina se presentara a la reelección. Los 620 congresistas tomaron la decisión por unanimidad. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, señaló que «el movimiento nacional justicialista está encolumnado detrás de la presidenta. La mejor campaña que puede hacer la jefa de Estado es su gestión”. Ahora, la propia Cristina se ha pronunciado al respecto y ha decidido liderar el proyecto peronista para los próximos comicios, tal y como quería su partido.
La noticia se produce cuando la opinión pública ha dejado claro que el conflicto que en 1982 enfrentó militarmente a Argentina y Reino Unido en las Islas Malvinas todavía es un tema candente en las relaciones bilaterales de ambos países. El último estallido de tensión se ha producido esta semana, cuando Cristina Fernández, presidenta argentina, ha calificado duramente al premier británico David Cameron de “arrogante” y “mediocre”, después de que éste afirmara en la Cámara de los Comunes que su país jamás negociaría un posible acuerdo con Argentina con relación a las Malvinas.
