El Banco del Sur acaba de dar un paso de gigante para su creación, tras la aprobación de la Comisión de Presupuesto de Diputados argentina del proyecto que sancionará el pago de 2.000 millones de dólares que el país latinoamericano desembolsará para financiarlo. A finales de este mes, a través de una ley se sancionará definitivamente el movimiento financiero de Cristina Fernández que impulsa lo que varios analistas consideran como el futuro Fondo Monetario Internacional (FMI) del subcontinente. El Banco del Sur acaba de dar un paso de gigante para su creación, tras la aprobación de la Comisión de Presupuesto de Diputados argentina del proyecto que sancionará el pago de 2.000 millones de dólares que el país latinoamericano desembolsará para financiarlo. A finales de este mes, a través de una ley se sancionará definitivamente el movimiento financiero de Cristina Fernández que impulsa lo que varios analistas consideran como el futuro Fondo Monetario Internacional (FMI) del subcontinente.
La creación del organismo fue acordada por Argentina, Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Uruguay, mientras que otros miembros restantes del Unasur, como Chile, Colombia o Perú se han mantenido al margen, aunque analistas señalan desde hace tiempo que ante el mal panorama financiero mundial podrían replantearse su posición y mirar con mejores ojos una posible adhesión al proyecto. Tras la aprobación argentina y uruguaya, el Banco podría estar creado a finales de este año.
Una vez conformado, el Banco, cuya sede se situará en Caracas, tendrá potestad para financiar y apoyar el desarrollo financiero y social de sus países miembros. Mientras Ecuador, Uruguay, Bolivia y Paraguay tienen que financiar el proyecto con 1.000 millones de dólares que deberán aportar conjuntamente, Argentina, Brasil y Venezuela aportarán por su parte 2.000 millones de dólares cada uno. Sin embargo, al contrario que ocurre en el FMI, cada miembro tendrá derecho de voto e igual poder de sufragio que el resto, independientemente de su aportación al fondo, aunque Brasil, Argentina y Venezuela se han reservado una capacidad de veto conjunta.
Mientras, Cristina Fernández se prepara para conseguir su reelección en las elecciones presidenciales de octubre. Su candidatura junto a Amado Boudou, actual ministro de Economía que será su vicepresidente, por parte del Frente para la Victoria (FpV), parece invencible cuando apenas faltan dos meses para que se efectúen los comicios en los que se elegirán, además del presidente, el vicepresidente, 251 diputados nacionales y 61 senadores, estos últimos en un proceso de renovación que comprende sólo ocho provincias.
