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Cinco comisiones debaten el plan de reformas económicas presentado por Raúl Castro

Un total de cinco comisiones de trabajo son las encargadas de elaborar la versión final del plan de reformas económicas en Cuba que ayer adelantó Raúl Castro en su discurso de inauguración del VI Congreso del Partido Comunista y que pretende marcar el devenir de los próximos cinco años en materia económica y social de la isla caribeña. Un total de cinco comisiones de trabajo son las encargadas de elaborar la versión final del plan de reformas económicas en Cuba que ayer adelantó Raúl Castro en su discurso de inauguración del VI Congreso del Partido Comunista y que pretende marcar el devenir de los próximos cinco años en materia económica y social de la isla caribeña.

Mil delegados participan en este decisivo cónclave que debatirá el llamado ‘Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución’, un plan que contiene un total de 311 medidas aperturistas.

La primera de estas comisiones, que se constituyeron ayer, se centrará en la redacción de un modelo de gestión económica; la segunda, la política de inversión, macroeconómica, tecnológica, de ciencia y medio ambiente; el tercer grupo de trabajo se centrará en la política social mientras que el cuarto analizará los asuntos agrícolas, el transporte y el comercio.

Por último, la quinta comisión se dedicará a la industria, la energía, el agua, la vivienda y el turismo. De esta manera se concretarán las iniciativas adelantadas este fin de semana por el mandatario cubano y que fueron debatidas en más de 163.000 asambleas populares celebradas en los últimos meses, según el propio Raúl Castro.

En su última ‘reflexión’, su hermano Fidel Castro, quien no asistió al Congreso, da un espaldarazo al plan de reformas e insta a los jóvenes “a rectificar y cambiar sin vacilación todo lo que debe ser rectificado y cambiado, y seguir demostrando que el socialismo es también el arte de realizar lo imposible”.

Hasta los 90

Nadie puede saber en este mundo cuándo llegará su hora y, a pesar de eso, para algunos diplomáticos europeos residentes en La Habana, la última y, presuntamente espectacular propuesta, presentada por Raúl Castro en el VI Congreso del Partido Comunista que se celebra en la capital de la Isla es, poco menos que una nueva ración de cohetes y fuegos artificiales para esconder la inmovilidad en la que el menor de los hermanos que ostentan el poder en Cuba desde hace más de cincuenta años se ha refugiado desde que llegó a la máxima altura del Estado.

Dentro de diez años, el periodo máximo propuesto ahora, para que cualquier ciudadano de la mayor de las Antillas, ocupe los principales cargos en el Gobierno y el partido, Raúl tendrá 90 años y, su hermano Fidel, si sobrevive, cerca de 100.

Por lo tanto, más que abandonar el poder habrán sido abandonados por él, incluso en el caso, posible pero no predecible en estas circunstancias, de que para entonces el menor de la pareja conservara intactas todas sus facultades actuales. Ni él, ni los otros dirigentes de edades similares como Ramiro Valdés, con quienes comparte ahora las máximas responsabilidades del Gobierno.

De modo que más que un plan pensado para dar entrada a sangre fresca en la zona de máxima responsabilidad de Cuba, la propuesta parece una forma de asegurar al castrismo otra década más de permanencia al frente de una sociedad que quiere salir ya de ese sistema. Ahora. No en 2021.

Unificación monetaria

Algunos especialistas en legislación cubana sostienen que Cuba va encaminada hacia la unificación monetaria entre el peso convertible y el peso cubano, que beneficiará a la contabilidad de las empresas tanto de capital local como mixtas (formadas por una compañía cubana y extranjera), lo que favorecerá las inversiones internacionales en la economía de la mayor de las Antillas.

Uno de estos expertos, el cubano José Luis Correa, consejero del bufete de abogados Eversheds Lupicinio, ha explicado a EL BOLETIN que el presidente de Cuba, Raúl Castro, trabaja desde hace tiempo para “eliminar la doble circulación monetaria”.

El abogado sostiene que terminar con la dualidad “es una tarea ardua y complicada que se mantiene con total discreción”. La razón es que hay dificultades como la de modificar los precios, los salarios y ver la compatibilidad de esta medida con la contabilidad de las empresas.

Para Correa esta actuación es necesaria para el país y se va a emprender “con toda seguridad”, ya que supone un ahorro de dinero en las importaciones y las exportaciones, al igual que lo ha sido la paridad entre el peso convertible cubano y el dólar estadounidense.

La unificación monetaria se sitúa dentro de la actualización del modelo económico cubano que las autoridades cubanas van a estudiar en el VI Congreso del Partido Comunista que comenzó el día 16.

Parte de lo que se discutirá en ese cónclave, y que todavía no está aprobado, ha sido objeto de debate en la sede de Eversheds Lupicinio en Madrid. Para los participantes en el evento lo fundamental es que el país propiciará la participación de capital extranjero en el desarrollo de la economía del país. Por ello se van a “agilizar los mecanismos obtención de licencias”, indica José Luis Correa.

Según estos expertos, el Gobierno cubano también tiene previsto “perfeccionar las regulaciones existentes para la evaluación y aprobación de las inversiones extranjeras” además de crear “zonas especiales de desarrollo” en las que la actividad económica estará orientada a las características geográficas y productivas de cada ciudad de la isla.

Entre los sectores productivos en los que más hace falta la ayuda foránea se encuentran las tecnologías, la energía (principalmente en las renovables), la agricultura, el turismo, los servicios y el sector inmobiliario entre otros.

Algunos asistentes al evento han señalado la importancia de avanzar en la seguridad jurídica que permita a las empresas de menor tamaño poder invertir en el país sin temor a rentabilizar su inversión. Los expertos a esto responden que esta situación mejorará con el tiempo.

Otra posibilidad que puede llegar a abrirse en la futura legislación de la isla es que las empresas dispongan de la independencia para autogestionarse. Sin embargo, estos expertos descartan que se permita la concentración de la propiedad en personas jurídicas o naturales y estiman que el Estado mantendrá el control de sectores estratégicos como las energías, el petróleo, las telecomunicaciones y las tierras.

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