La última gran sensación de la música latina se llama Chicha Libre. Un colectivo formado en Brooklyn, con músicos, estadounidenses, mexicanos, franceses, venezolanos, que rinde homenaje a la ‘psicodelia’ peruana de los sesenta. La última gran sensación de la música latina se llama Chicha Libre. Un colectivo formado en Brooklyn, con músicos, estadounidenses, mexicanos, franceses, venezolanos, que rinde homenaje a la ‘psicodelia’ peruana de los sesenta.
La multiculturalidad y la fusión, en su acepción más libre, son las sellas de identidad de un sexteto que ha llamado ya la atención de la critica especializada de EEUU donde su trabajo ha empezado a ser reconocido.
No sucede lo mismo, de momento, en Iberoamérica, los países en los que se hunden las raíces de la maravillosa música que elaboran. Aunque, sí es cierto que la hipnótica fascinación que provoca su universo sonoro empieza a tener muchos adeptos.
Gran parte del truco reside en la mezcla de una omnipresente, y bien tocada, guitarra eléctrica ‘surfera’, junto con los instrumentos tradicionales de los andes y los ritmos de la cuenca del Amazonas.
Y el mejunje funciona, con un resultado melodioso y sorprendente, cuyo atractivo se ve reforzado por la pericia instrumental y la distancia irónica con la que estos grandes músicos abordan su particular repertorio.
En los próximos meses, además, el público español tendrá una nueva ocasión de acercarse a Chicha Libre. Serán una de las cabezas de cartel de la Primera Edición del Festival Guacamayo Fest, una interesante cita que tendrá lugar entre el 31 de abril y el 20 de junio.
