El lujo no parece un buen negocio en Argentina. Las restricciones a las importaciones impuestas por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner afectan significativamente a las grandes firmas de productos de alto coste, por lo que marcas emblemáticas están huyendo del país. El lujo no parece un buen negocio en Argentina. Las restricciones a las importaciones impuestas por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner afectan significativamente a las grandes firmas de productos de alto coste, por lo que marcas emblemáticas están huyendo del país.
El último caso es el de la joyería Cartier. La firma ha decidido cerrar su tienda en la prestigiosa Avenida Alvear de Buenos Aires, que echará el candado el próximo 31 de octubre debido a las trabas de las importaciones al país.
A las dificultades que suponen para una marca de lujo las restricciones en las importaciones de productos, se une un significativo descenso en las ventas en el país debido a la recesión económica. Tampoco son de gran ayuda las exigencias que mantiene la AFIP sobre el comercio.
La compañía francesa fabricante de relojes y joyas no es la única que decide abandonar el mercado argentino. Cartier sigue los pasos de otras marcas como Calvin Klein o Yves Saint Laurent, que ya han echado el cierre a sus boutiques en el país debido a las dificultades que se encuentra el comercio de lujo.
