Los ministros de Agricultura de Argentina y Brasil han firmado un acuerdo para negociar conjuntamente en el mercado asiático sus productos cárnicos y derivados de soja. Los mayores productores del mundo en ambas mercancías buscan así una posición de fuerza que asegure un mejor precio de venta. Corea del Sur y Japón, además de China, se han valido de la competencia entre ambos países para lograr mejores precios de compra. Los ministros de Agricultura de Argentina y Brasil han firmado un acuerdo para negociar conjuntamente en el mercado asiático sus productos cárnicos y derivados de soja. Los mayores productores del mundo en ambas mercancías buscan así una posición de fuerza que asegure un mejor precio de venta. Corea del Sur y Japón, además de China, se han valido de la competencia entre ambos países para lograr mejores precios de compra.
El ministro de Agricultura brasileño, Wagner Rossi, y su homologo argentino, Julián Domínguez, han alcanzado un acuerdo para mejorar la estrategia de venta de sus productos cárnicos y derivados de la soja. Domínguez justificaba el acuerdo recordando que China ya se valió de la competencia entre ambos países para reducir el precio del aceite de soja, que finalmente el país asiático compra en Brasil.
Los mandatarios argentinos han reconocido la posición de prevalencia de Brasil en ambos mercados. Sin embargo, Lorenzo Basso, secretario de Agricultura argentino, considera que el país vecino necesita ahora del bloque para generar mejores precios de venta para todos. Los puntos prioritarios del acuerdo son la integración productiva, el agregado de valor, la sustentabilidad económica en el sector agropecuario, así como la transferencia tecnológica, la apertura de nuevos mercados y el análisis estratégico de escenarios futuros.
Para el ministro argentino, es importante alcanzar de forma conjunta los mercados de Rusia, África, Japón, Corea, China e India. De certificarse la colaboración de una manera efectiva, la unión se convertirá en la mayor economía agrícola del mundo. Como comienzo, han acordado establecer proyecciones a largo plazo de oferta y demanda para un conjunto de bienes agropecuarios, como carnes (bovina, aviar y porcina), granos (soja, maíz, trigo, arroz), bioenergía y lácteos.
