El rudo rock ‘garajero’ en castellano del cantante portorriqueño AJ Dávila ha conquistado los corazones de los estadounidenses más aguerridos y provocado un ‘jugoso’ escándalo entre los sectores más puritanos de la población. El rudo rock ‘garajero’ en castellano del cantante portorriqueño AJ Dávila ha conquistado los corazones de los estadounidenses más aguerridos y provocado un ‘jugoso’ escándalo entre los sectores más puritanos de la población.
AJ ya era, más o menos, famoso como líder de Dávila 666, un grupo siempre al borde de la provocación y en los límites justos del ruido, que transportaba al siglo XX las esencias del rock crudo de Detroit en los 60, con referencias como los Stooges de Iggy Pop o MC5.
Pero, su debut en solitario, ‘Terror-amor’ parece el ‘disparo’ definitivo para llevarle hasta la cima a base de golpes secos de batería y guitarrazos impenitentes. Al menos hasta el ‘olimpo’ de los roqueros malditos que tanto parece amar.
Hay melodías y perlas sin pulir sumergidas entre el espeso muro de sonido que AJ construye para parapetarse tras él. Y el derroche de energía y la convicción con que aborda la interpretación de sus temas son otros dos argumentos poderosos.
Una capacidad de seducir a los más ‘malotes’ que amplia sin duda la presencia de la inquietante ‘pin-up’ mexicana Selma Oxor en el video de ‘Dura como piedra’, la canción estrella.
A Selma ya le dedicaremos unas líneas un día de estos porque es todo un personaje a tener en cuenta. De momento, no se pierdan su lengua viperina, sus movimientos sexys y su vocecita torturante que constituyen la sal y pimienta de este video pensado para conducir a la exasperaión a las hordas ‘bienpensantes’.