Según se extrae del informe de S&P ‘Perspectivas económicas de América Latina, primer trimestre de 2023: un cambio hacia un menor crecimiento’, la economía de América Latina se verá afectada por la debilidad de la demanda externa, las condiciones financieras más estrictas y un desempeño bajo de las demanda interna.
Esta previsión de S&P para la región es más baja que la de otros organismos internacionales, que estiman crecimientos por encima del 1%, como el Fondo Monetario Internacional (1,7%) o la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (1,4%).
No obstante, de cara a 2024, la calificadora ha señalado que espera que el crecimiento en la región regrese a su tasa «tradicionalmente baja», de poco más del 2%. Entre otros motivos, la economía se recuperará debido a una caída de la inflación y a una reducción de los tipos de interés durante el próximo año.
En cuanto al rol de los inversores, S&P ha estimado que el bajo crecimiento y la falta de visibilidad sobre la respuesta fiscal podría generar «incertidumbre», especialmente en aquellos países donde se han dado cambios recientes de Gobierno, como Brasil o Colombia.