En una intervención en el evento ‘¿Qué le espera a América Latina en 2023?’ durante la ‘Semana del Comercio Latino’, Salazar ha apuntado que la región se encuentra en un momento «complejo», que se traducirá en una inflación todavía muy elevada para el próximo año, aunque el precio de algunos bienes alimentarios o el petróleo ya se han comenzado a estabilizar.
«La guerra de Ucrania ha acentuado las presiones inflacionistas y se espera que los países de la región vuelvan a enfrentar un entorno complejo para la política fiscal y monetaria en 2023. No obstante, la reducción del precio de algunos productos reducirá el coste de vida, siendo los más vulnerables los que se verán más beneficiados por esta caída», ha explicado.
Además, el secretario general ha apuntado que los países que se enfrentan a una inflación superior a los dos dígitos tendrán un «tiempo más difícil» para frenar la subida de los precios y los problemas en las cadenas de suministros.
De esta manera, Salazar ha recordado que el crecimiento de este año, según Cepal, será del 3,2% para la región, mientras que caerá al 1,4% en 2023. «Los años de crecimiento récord han terminado», ha puntualizado.
Sobre la política monetaria de los bancos centrales, Salazar ha considerado que estos comenzarán a frenar las subidas de tipos en el primer o segundo trimestre. «La política monetaria ha creado un problema adicional y las cascadas de crisis que vivimos actualmente son un test de estrés para políticos y gobernantes», ha expresado.
El secretario de Cepal ha concluido con las previsiones sobre comercio exterior, señalando que la inflación ha provocado una reducción de la demanda externa de los países de América Latina debido a la subida de los precios de los alimentos o del transporte.