«La operación, que se realizó coordinadamente por Hacienda y Pemex, fue considerada por las calificadoras y analistas como un éxito», ha destacado la Secretaría en un comunicado.
A cierre del tercer trimestre de 2021, la deuda financiera total de Pemex aumentó un 16% en comparación con el mismo periodo de 2020, hasta 2,29 billones de pesos (96.630 millones de euros), debido principalmente al uso de financiación a corto plazo.
El Gobierno ha explicado que el proceso ha contado con 3.500 millones de dólares (3.100 millones de euros) aportados por el Estado para potenciar la refinanciación de los vencimientos de corto plazo de la petrolera. La refinanciación ha estado enfocada al intercambio de bonos con vencimiento en corto plazo por un nuevo bono a diez años.
Adicionalmente, parte de los recursos de la refinanciación se han utilizado para recomprar bonos que se encontraban a menor precio y con vencimiento a medio plazo.
La Secretaría ha subrayado que la operación ha logrado comprimir el diferencial de tasa que pagaba Pemex sobre la tasa del soberano en 50 puntos base, con lo cual se ha conseguido una reducción del coste financiero por 180 millones de dólares (159 millones de euros) anuales.
Con la transacción, el Gobierno podrá reducir el coste financiero del sector público y la deuda de mercado de Pemex. Asimismo, se ha reducido la presión financiera sobre la empresa en 10.500 millones de dólares (9.300 millones de euros) entre 2024 y 2030.
El Gobierno ha aclarado que los recursos del gobierno federal utilizados en esta operación no ponen en riesgo la ejecución del gasto público ni han implicado ningún recorte presupuestario.
«La instrucción del presidente de México es apoyar a la empresa petrolera, que es de todos los mexicanos, y al mismo tiempo mantener las finanzas públicas sanas y la deuda pública controlada», concluye el documento.