«Para México y Centroamérica el valor exportado aumentaría un 11 por ciento (…); en cuanto a las importaciones, la mayor expansión de su volumen se espera en México por su vínculo con la industria manufacturera estadounidense», dice el documento titulado «La paradoja de la recuperación» presentado por la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
El documento subtitulado «Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad», indica que la segunda economía de la región crecerá arriba del promedio regional de 5,2 y 2,9 por ciento en los próximos dos años, respectivamente, con aumento de 5,8 este año y 3,2 en 2022.
Ese incremento de la actividad económica del país norteamericano también dependerá de los ingresos de divisas por turismo.
«En el último trimestre de 2020, solo México había recuperado en un 50 por ciento de las llegadas de turistas internacionales que registraba previo a la crisis», señala otro apartado del documento de 42 páginas.
Otro factor favorable es la dinámica de las remesas familiares, enviadas en su inmensa mayoría por trabajadores migrantes desde EEUU, que fue positiva el año pasado con un aumento de un 8 por ciento, y que en el comienzo de 2021 se ha acelerado con un alza del 21 por ciento para toda la región.
«México recibió 40.600 millones de dólares en remesas familiares, monto que equivale al 3,8 por ciento del Producto Interno Bruto en 2020, con un crecimiento del 11,4 por ciento en dólares respecto al año previo», detalla la Cepal.
Esas remesas representaron el 9,7 por ciento de las exportaciones totales mexicanas y su monto fue equivalente a 1,5 veces la inversión extranjera directa que este país recibió el año pasado, comparan los analistas de organismo regional de Naciones Unidas.
En México, entre enero de 2020 y marzo de 2021, todos los meses se reportaron requerimientos de los fondos para el retiro por motivos de desempleo.
«Los montos retirados equivalen a unos 1.500 millones de dólares», indica el documento.
Finalmente, en toda la región, la tasa de pobreza extrema habría alcanzado el 12,5 ciento y la de pobreza el 33,7 por ciento el último año, lo que representó «un contingente adicional de 44 millones de personas que padecen inseguridad alimentaria moderada o grave en la región, de las cuales 21 millones pasaron a sufrir inseguridad alimentaria grave», puntualiza la Cepal.
El Instituto de Investigación para el Desarrollo con Equidad de la jesuita Universidad Iberoamericana, publicó a mediados de junio pasado que al cierre del 2020, 62,3 millones de personas estaban en la pobreza en México, un 48 por ciento de los 128 millones de habitantes totales, superior a la media regional.
La cifra se incrementó a 67 millones en marzo de este año, mientras que en el caso de la pobreza extrema, pasó de 16,4 millones a 18,3 millones de mexicanos en esta situación de vulnerabilidad.