La cotización de las acciones del gigante agroquímico alemán Bayer cayó hoy un diez por ciento en la bolsa de Fráncfort a causa del revés sufrido este lunes en Estados Unidos en el proceso por el uso de glifosato. El precio de las acciones se desplomó hasta los 62,54 euros (70,97 dólares) en el inicio de la cotización del índice de referencia Dax. A modo de comparación, hace un año las acciones costaban alrededor de 100 euros.
Un comité de jueces jurados de San Francisco decidió este lunes por unanimidad que el herbicida Roundup de Monsanto, que contiene el controvertido ingrediente activo glifosato, había sido un factor importante en el cáncer de glándula linfática del querellante Edwin Hardeman.
El analista Gunther Zechmann, de Bernstein Research, opinó que a Bayer probablemente solo le quede limitar el daño y que, con vistas a la segunda fase del proceso, se espera lo peor.
Por su parte, el analista Michael Leacock consideró que aumenta así la probabilidad de que Bayer y su filial estadounidense de semillas Monsanto, que se encuentra en el centro de las demandas, pudieran perder un gran número de las miles de querellas presentadas por glifosato.
Hasta finales de enero, Monsanto había recibido demandas relacionadas con el glifosato en Estados Unidos de parte de alrededor de 11.200 querellantes.
Bayer se mostró decepcionada con la decisión judicial en una declaración inicial, pero sigue convencida de que las investigaciones científicas confirman que los herbicidas a base de glifosato no causaron el cáncer.
Sin embargo, en vista de la caída del precio de las acciones, las preguntas al director ejecutivo de Bayer, Werner Baumann, se hacen más fuertes en cuanto a si subestimó los riesgos que implicaba la compra de Monsanto, que costó alrededor de 63.000 millones de dólares. También es de esperar que las críticas de la Junta Anual de Accionistas de Bayer del 26 de abril sean en consecuencia duras.
Christian Strenger, de la comisión gubernamental alemana «Código de Buen Gobierno Corporativo», describió recientemente la compra de Monsanto como «el mayor y más rápido destructor de valores en la historia del (principal índice bursátil alemán) DAX» en una carta a la que tuvo acceso la revista especializada «Manager Magazin».
De acuerdo con el escrito, Strenger hizo un llamamiento a los demás accionistas para que se nieguen a aprobar las acciones de Baumann y sus colegas de la junta directiva.