En un momento en que el comercio internacional atraviesa tensiones crecientes, el Mercado Común del Sur (Mercosur) se ha reunido por segunda vez en menos de un mes para reforzar su estrategia de apertura y consolidación regional. La cita, celebrada en Argentina, reunió a los ministros de Exteriores de los países miembro en un “clima de cordialidad y confianza”, con el objetivo de redefinir prioridades en un contexto de tensión geoeconómica marcada por la política proteccionista de Donald Trump.
Mercosur quiere más socios estratégicos
Los cancilleres han acordado impulsar las negociaciones comerciales con países «relevantes» para la región, mencionando avances en los diálogos con Emiratos Árabes Unidos y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). La intención es clara: diversificar los mercados ante el estancamiento del acuerdo con la UE, firmado en 2019 pero aún pendiente de ratificación por varios países europeos, entre ellos Francia.
«La importancia de cerrar nuevos pactos frente al freno europeo es clave para el futuro económico del bloque», subraya el comunicado
La guerra arancelaria de Trump: el elefante en la sala
Aunque no fue mencionado explícitamente en el comunicado, la decisión de priorizar acuerdos se enmarca en el nuevo escenario generado por la guerra comercial desatada por Donald Trump, que ha afectado especialmente a países del sur global. La imposición de aranceles por parte de EEUU obliga al Mercosur a reconfigurar su estrategia internacional.
Modernización e integración regional como pilares
Además de mirar hacia fuera, los gobiernos del bloque reconocen la urgencia de profundizar la integración regional, apostando por:
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Eliminar restricciones comerciales internas.
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Consolidar cadenas regionales de valor.
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Armonizar normativas para mejorar la competitividad.
Estas medidas forman parte de un plan de modernización que busca adaptar al Mercosur a una economía global cambiante, caracterizada por la fragmentación de las cadenas productivas y el auge del proteccionismo.