Acuerdo Comercial

El acuerdo UE-Mercosur divide a la UE mientras Latinoamérica presiona por su cierre

La firma se retrasa a enero mientras Bruselas busca apoyos suficientes para desbloquear el acuerdo.

Mercosur

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El acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur entra en una fase decisiva tras el aplazamiento de su firma hasta enero. La Comisión Europea intenta cerrar filas con nuevas salvaguardias agrícolas, pero varios Estados miembros mantienen reservas que dificultan el consenso.

Después de más de 25 años de negociaciones, el pacto UE-Mercosur parecía encarrilado tras el acuerdo político alcanzado en 2024. Sin embargo, las divergencias internas en la UE y la presión del sector agrario han vuelto a situar el acuerdo en un punto crítico, justo cuando los países sudamericanos reclaman un cierre inmediato.

El retraso de la firma confirma que el consenso político dentro de la UE sigue siendo frágil

Un acuerdo dividido en dos fases

El Acuerdo de Asociación UE-Mercosur incluye un pilar comercial, otro político y un marco de cooperación. Para evitar bloqueos prolongados, Bruselas plantea una aprobación en dos tiempos: un acuerdo comercial interino, que podría entrar en vigor con mayoría cualificada del Consejo y el respaldo del Parlamento Europeo, y un acuerdo completo pendiente de ratificación nacional.

Este esquema permitiría aplicar antes las rebajas arancelarias, aunque no elimina la oposición de varios países que reclaman garantías adicionales.

Salvaguardias agrícolas para desbloquear apoyos

La principal novedad es el acuerdo provisional entre el Consejo y el Parlamento Europeo sobre un reglamento de salvaguardias destinado a proteger al sector agrario europeo. El mecanismo permitiría suspender concesiones comerciales si un aumento de importaciones desde Mercosur genera perturbaciones graves en el mercado.

Las medidas incluyen plazos más cortos para abrir investigaciones, un mayor control de precios y volúmenes y la ampliación de la lista de productos sensibles.

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Países favorables y países reticentes

El debate en el Consejo refleja una UE dividida. España, Alemania, Países Bajos y varios países del norte defienden el acuerdo por su impacto positivo en las exportaciones industriales y la diversificación de mercados. En cambio, Francia y Italia mantienen reservas, centradas en el impacto sobre la agricultura y en la exigencia de estándares equivalentes para las importaciones.

Otros Estados como Polonia, Hungría y Austria también han expresado dudas, mientras que Bélgica mantiene una posición condicionada por desacuerdos internos.

Principales posiciones nacionales:

País Posición actual Argumento principal
Francia Reticente Protección del sector agrario y exigencia de estándares equivalentes
Italia Dudas Considera prematura la firma sin más garantías
España Favorable Impulso a exportaciones y visión estratégica
Alemania Favorable Beneficio industrial y credibilidad comercial
Países Bajos Favorable Oportunidad económica y apertura de mercados
Polonia Crítica Impacto en la agricultura nacional
Bélgica Abstención Falta de consenso interno

Mercosur presiona por el cierre

En el bloque sudamericano, el respaldo al acuerdo es mayoritario. Brasil considera el pacto una prioridad económica y geopolítica, mientras que Uruguay y Paraguay destacan su potencial para facilitar la integración en cadenas globales de valor. Argentina sigue de cerca el proceso, a la espera de que la UE despeje sus diferencias internas.

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Agricultura, el principal foco de tensión

El acuerdo prevé cuotas limitadas para productos sensibles como carne de vacuno, aves, azúcar o etanol, con reducciones arancelarias progresivas. La Comisión Europea sostiene que estas cuotas están diseñadas para evitar un impacto desproporcionado en el mercado europeo, mientras que las organizaciones agrarias alertan de competencia desleal.

En paralelo, el debate ambiental sigue abierto. Bruselas insiste en que el pacto no rebaja las normas europeas y que la legislación contra la deforestación se aplicará también a las importaciones procedentes de Mercosur.

Enero como punto de inflexión

El calendario sitúa ahora enero como el mes clave. Si la Comisión logra una mayoría suficiente en el Consejo, el acuerdo comercial interino podría avanzar hacia su aprobación. De lo contrario, el pacto UE-Mercosur volverá a quedar bloqueado, prolongando una negociación que ya supera las dos décadas.

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