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Desigualdad

Cáncer, un problema que se ensaña con los más vulnerables en Latinoamérica

La desigualdad en el acceso a un tratamiento no solo ocurre por países de bajos y altos ingresos, sino que también por los contrastes entre ciudades-campo, clases sociales y género.

Cáncer

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La inequidad tiene múltiples caras en la región más desigual del mundo, América Latina, sobre todo cuando las personas más vulnerables tienen que enfrentar una enfermedad que podría, incluso, llevarlas a la muerte: el cáncer.

Los más pobres y las mujeres tienen una subida más empinada cuando les toca encarar el cáncer, y la desigualdad en el acceso a un tratamiento no solo ocurre por países de bajos y altos ingresos, sino que también por los contrastes entre ciudades-campo, clases sociales y género, dijeron a la Agencia Sputnik distintos especialistas.

Esta situación se debe principalmente a que en la región hay dificultades para una detección temprana de la enfermedad, problemas en el acceso a medicamentos, inequidad territorial, falta de financiamiento, fragmentación en los sistemas y un subregistro, agregan los expertos consultados por esta agencia.

«La realidad es que los menos privilegiados son incapaces de disponer de su propia vida. La gente no puede elegir, no puede hacer un Pap (Prueba de Papanicolaou) porque tiene que cuidar a sus hijos, porque no tiene con quien dejarlos, porque vive a 10 kilometros, porque fue a hacerse el test, cambió el teléfono y no pudieron contactarla. Porque no tiene plata para trasladarse», dijo a la Agencia Sputnik el oncólogo y profesor Mauricio Cuello.

Por su parte, el fundador y primer presidente de la Sociedad Latinoamericana del Caribe de Oncología Médica, Eduardo Cazap, dijo a la Agencia Sputnik que «el problema de la desigualdad se ve en todo el mundo, pero es más exacerbado en América Latina, ya que es una región de contrastes y los mismos se ven aún más en el cáncer».

De acuerdo a un reporte de 2018, el porcentaje de la población con problemas para acceder a una atención de salud va del 20 por ciento en México al 66 por ciento en Perú, «lo que indica que millones de personas en América Latina y el Caribe no acceden a atención de calidad en salud», dijo la oncóloga Lucía Delgado, presidenta del Colegio Médico de Uruguay.

«Esta disparidad genera peores resultados en salud. El acceso insuficiente a servicios de prevención diagnóstico y tratamiento condiciona mayor incidencia de cánceres prevenibles, diagnósticos más tardíos y mayor mortalidad. Un ejemplo claro lo constituye la mayor incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino en varios países de la región», dijo Delgado, quien dirigió la Cátedra de Oncología Clínica de la Facultad de Medicina y el programa nacional de control del cáncer del Ministerio de Salud.

El cáncer en la mayoría de los países latinoamericanos «es una deuda pendiente», advirtió a la Agencia Sputnik el doctor Julio Rolón, director del Instituto Nacional del Cáncer en Paraguay y ex viceministro de Rectoría y Vigilancia de la Salud.

«Lo voy a decir en un ejemplo concreto: todavía nosotros tenemos pacientes que vienen con sus indicaciones y se encuentran con la respuesta de que no hay el medicamento», agregó Rolón.

DATOS ALARMANTES

Según el Observatorio Global del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, en América Latina y el Caribe el cáncer constituye la segunda causa de muerte, con algo más de 1.470.000 casos nuevos y 713.414 muertes en 2020.

Además, la incidencia del cáncer es ascendente; se ha estimado que entre 2020 y 2040 el número de casos nuevos aumentará a 2,4 millones, es decir un 64 por ciento.

Tal incremento se espera, pese a que un 30 por ciento de los casos de cáncer se pueden prevenir reduciendo la exposición a factores de riesgo como tabaco, alcohol, dieta no saludable, elevado índice de masa corporal, falta de actividad física, infecciones oncogénicas), y otro 30 por ciento se podría curar si se detectara en etapa temprana.

Todos los analistas indicaron que uno de los grandes problemas de la región con respecto al cáncer es el subregistro.

«En América Latina, los gobiernos dicen que todo está bárbaro, pero una cosa es lo que figura y otra la que llega a los pacientes. Es completamente distinto a lo que dicen las estadísticas. Hay mucho subregistro. Hay gente que no llega al sistema y por lo tanto no figura», indicó Cazap, quien fue miembro del Comité Ejecutivo de Planificación del Programa del Congreso Mundial de la Unión Internacional Contra el Cáncer.

El oncólogo argentino agregó que a veces los pacientes no vuelven tras ser diagnosticados, porque ni siquiera pueden pagar el transporte.

«Esas personas quedan colgando. Generalmente los que están afuera del sistema ni siquiera están registrados», señaló.

Por su parte, el doctor Enrique Barrios, profesor emérito de la Facultad de Medicina de Uruguay, dijo a la Agencia Sputnik que menos del 10 por ciento de la población de América Latina está cubierta por registros de cáncer de base poblacional (RCBP) de alta calidad, como para aportar información confiable.

«Los RCBP son la herramienta esencial de los programas de control de cáncer, son indispensables para el diagnóstico de situación, implementación de medidas y su evaluación. Estos registros son insuficientes en número y en soporte financiero, necesitan equipos estables», dijo el excoordinador del Registro Nacional del Cáncer de Uruguay.

A su vez, la profesora de la Universidad Nacional de Colombia y directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder, Claudia Vaca, consideró que el subregistro sucede especialmente en las personas de bajos recursos.

«No se está monitoreando cuáles son los factores de riesgo que determinan esta enfermedad, especialmente en los más vulnerables. Entonces, los más vulnerables no son monitoreados, observados, atendidos en la prevención», dijo Vaca a esta agencia.

FRAGMENTACIÓN

Cazap y Delgado señalaron que otro de los problemas para la región es la fragmentación de los sistemas de salud, sobre todo en los países grandes de América Latina, lo que genera demoras en los tratamientos y cirugías.

«Además, uno de los problemas con respecto a las cirugías es que no todos los pacientes están en manos de cirujanos oncológicos. Salvo las ciudades, la mayor parte de las poblaciones son operadas por cirujanos generales», afirmó Cazap.

Por su parte, Delgado dijo que pocos países cuentan con cobertura universal en salud, excepto Brasil, Costa Rica y Uruguay, y aún en los mismos existen «barreras que condicionan la inequidad en la atención del cáncer».

«El hecho de tener sistemas fragmentados hace menos eficiente la utilización de recursos y condiciona las posibilidades de acceso de los pacientes a los tipos y calidad de los servicios que ofrece el prestador», agregó.

ACCESO A MEDICAMENTOS

Rolón y Cuello consideraron que uno de los grandes problemas que enfrenta la región es el acceso a medicamentos contra el cáncer, principalmente por falta de financiamiento.

«Uno de los factores más importantes es el acceso a medicamentos de alto costo. Pero el problema mayor es el acceso a cuidados en el área oncológica a nivel global. La población latinoamericana tiene problemas para utilizar los servicios de salud y resolver sus necesidades», declaró Cuello, director académico del Hospital de Clínicas de Uruguay.

Dicha circunstancia, dijo, propicia unos «altísimos porcentajes de baja adaptación a las estrategias de prevención del cáncer» y dificulta el proceso de cuidados tras el diagnóstico, pues en la mayoría de los lugares los pacientes no tienen un seguimiento, lleva más tiempo, se accede tarde.

«Después está el tema del acceso a los recursos, tanto de la radioterapia, inmunoterapia, quimioterapia, que también es heterogéneo», reflexionó el galeno

Según datos oficiales, el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a gasto en salud de la región es del 3,8 por ciento, lo cual es «muy inferior» al 6 por ciento recomendado por la OMS y a los montos destinados por los países más desarrollados, afirmó Delgado.

Solo Uruguay y Chile cuentan con equipos de radioterapia suficientes para tratar a todos los pacientes, agregó.

«Además, la proporción de equipos modernos es menor que en los países con mayor nivel de ingreso y no siempre se cuenta con auditorias de calidad de los centros de radioterapia», afirmó.

CÁNCER DE CUELLO UTERINO

Un ejemplo claro de la empinada carrera que tienen las mujeres latinoamericanas para enfrentar el cáncer es el de cuello uterino, ya que es una enfermedad «completamente prevenible» pero aún siguen falleciendo 35.000 mujeres cada año y 83.000 son diagnosticadas anualmente, dijo Vaca.

«El cáncer de cuello uterino está íntimamente relacionado con las estrategias de salud sexual y reproductiva, con posibilidad de acceso a la vacunación, detección por Pap, pero tenemos una brecha gigante a nivel global. En los países de alto ingreso casi que está erradicado gracias a las estrategias combinadas. Nosotros tenemos todavía en América Latina una carga muy alta», indicó.

Bolivia, Nicaragua y Colombia, especialmente las zonas periféricas, son las que presentan las peores cifras, agregó.

LA OTRA VISIÓN

A pesar de que la situación en América Latina es «desigual», también sucede lo mismo en Europa, EEUU y el resto del mundo, advirtió Cazap.

«La desigualdad es una situación aún en los países de mejor desarrollo. En EEUU había 60 millones de personas sin seguro de salud y… ¿usted cree que esas personas van a recibir el mismo tratamiento que una persona que tiene cobertura médica? Hay estados de EEUU donde hay déficit en la atención médica, lo mismo pasa en Europa (…) América Latina tiene desigualdad, pero con elementos positivos, negativos y otros en desarrollo», indicó.

El experto consideró que la fortaleza de América Latina es que es «la región más organizada del mundo contra el cáncer».

Cazap agregó que se conoce mucho sobre el cáncer y abundan las alternativas curativas: la curabilidad global de esta enfermedad ronda el 50 por ciento.

«El cáncer es mucho más curable que la diabetes y la hipertensión, que son enfermedades incurables. Si yo le digo a alguien que tiene diabetes, no creo que se preocupe mucho, si yo le digo a usted que tiene cáncer, espero que no se tire por la ventana; sin embargo, tiene muchas más chances de curarse. Hay un mito que traba mucha de las cosas que se podrían hacer que está a nivel de la gente común y de la comunidad médica», concluyó.

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