El Senado mexicano aprobó este jueves las modificaciones introducidas en el nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, y que fueron firmadas el pasado martes en Ciudad de México por los tres socios.
El protocolo que modifica el T-MEC fue aprobado por 107 votos a favor y uno en contra, con lo que México es el único país en ratificar plenamente el acuerdo, mientras que se espera que Estados Unidos y Canadá lo hagan en 2020.
«En México ya cumplimos: el Ejecutivo firmó y el Senado ratificó el T-MEC. Ahora corresponde hacer lo propio a los congresos de Estados Unidos y Canadá. Es una buena noticia», escribió en Twitter el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
En el debate, los senadores señalaron que con el T-MEC se reactivará la economía mexicana, que según las previsiones se contraerá en 2019, y se generará confianza entre los inversionistas.
Sin embargo, pese a que votaron a favor, algunos legisladores de la oposición lamentaron que no hubiera mayor tiempo para la discusión de los nuevos acuerdos, mientras que otros recordaron que el libre comercio también ha acentuado las desigualdades.
Estas modificaciones fueron firmadas el martes por el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer; la viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland; y el subscretario mexicano para América del Norte, Jesús Seade, en una ceremonia encabezada por López Obrador.
Los cambios del T-MEC eran reclamados sobre todo por los demócratas estadounidenses, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes.
Debate
El T-MEC sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vigente desde 1994 y que ha sido duramente atacado por el presidente estadounidense, Donald Trump, lo que llevó a la negociación de un nuevo acuerdo.
El T-MEC «es un hecho histórico» para México porque se «genera desarrollo crecimiento y empleo», dijo el senador Ricardo Monreal, del oficialista partido Morena, que cuenta con una cómoda mayoría en el Senado.
Gustavo Madero, del opositor Partido Acción Nacional (PAN, conservador), dio la bienvenida a las modificaciones pues con la entrada en vigor del T-MEC, dijo, «se mandará una señal de confianza en un momento delicado» para México.
Sin embargo, el legislador lamentó que se haya votado «con prisas por los tiempos políticos», en alusión a tener un acuerdo lo antes posible antes de la elección presidencial de Estados Unidos, en noviembre de 2020.
El único voto en contra fue del independiente Emilio Álvarez Icaza, quien describió este acuerdo como una gran «contradicción» del presidente López Obrador, pues representa un «triunfo del neoliberalismo» cuando el mandatario izquierdista declaró al asumir el poder, hace un año, el fin de ese modelo.
«Qué prisa por arrodillarse, por ratificar lo que ni Estados Unidos ni en Canadá han aprobado», dijo el legislador independiente.
Modificaciones
El T-MEC fue firmado por los tres socios en noviembre de 2018, acuerdo que también ya fue avalado por el Senado mexicano en junio pasado.
Ni Estados Unidos ni Canadá han ratificado tampoco el primer documento y se espera que, junto con el de las modificaciones, empiecen a ser discutido por sus legisladores de manera paralela en 2020.
Para el Congreso estadounidense, la prioridad es el juicio político que se abrirá probablemente contra Trump.
México se vio presionado en aspectos como sus leyes laborales y el medio ambiente en la discusión de los nuevos documentos.
Estados Unidos llegó a proponer que inspectores fiscalizaran las fábricas mexicanas para certificar el respeto a las normas laborales del T-MEC, pero México se opuso y al final serán unos paneles los que realicen esta tarea.
Los demócratas también habían insistido en incluir severas normas ambientales y mecanismos para vigilar su cumplimiento. El acuerdo creó «agregados ambientales» en Ciudad de México que se ocuparán de vigilar sus leyes y reglamentos.