En un mensaje en su red social, el mandatario se comprometió a colaborar con el país centroamericano si gana Asfura, a quien presentó como un aliado en la lucha contra los “narcocomunistas”. Trump descartó, en cambio, cualquier cooperación con la candidata de izquierda Rixi Moncada y mostró desconfianza hacia el aspirante liberal Salvador Nasralla.
Tras este pronunciamiento, la campaña hondureña entra en una fase decisiva marcada por la explícita intervención política de Washington. El respaldo de Trump a Tito Asfura, actual alcalde de Tegucigalpa, introduce un factor externo de peso en unos comicios en los que más de 6,5 millones de hondureños están llamados a las urnas para elegir presidente, tres vicepresidentes, los 128 diputados del Congreso y las autoridades de los 298 municipios del país. El mensaje del presidente estadounidense, difundido a través de Truth Social, combina apoyo político directo, advertencias a la oposición de izquierda y referencias ideológicas a la lucha contra el “narcocomunismo” en la región.
Trump se posiciona a favor de Tito Asfura y condiciona la cooperación con Honduras al resultado electoral del 30 de noviembre
Apoyo directo de Trump a Asfura frente al “narcocomunismo”
En su mensaje, Trump afirmó que “el único verdadero amigo de la libertad en Honduras es Tito Asfura”, al que presentó como su socio preferente en la región. Según el mandatario, ambos podrían “trabajar juntos para combatir a los narcocomunistas y brindar la ayuda necesaria al pueblo hondureño”, situando el eje del vínculo bilateral en la lucha contra el crimen organizado y contra los gobiernos de izquierda en América Latina.
El término “narcocomunistas”, habitual en el discurso de determinados sectores conservadores, alude a la combinación de redes del narcotráfico con estructuras políticas asociadas a la izquierda. En este contexto, el apoyo a Asfura se interpreta como un mensaje de respaldo a un proyecto alineado con Washington frente a gobiernos como el de Venezuela, al que Trump volvió a citar como ejemplo de lo que quiere evitar en la región.
El presidente estadounidense plantea la relación con Honduras en clave ideológica y de seguridad regional
Rechazo a Rixi Moncada y dudas sobre Salvador Nasralla
El presidente de EEUU también dejó claro que no está dispuesto a colaborar con la principal oponente de Asfura, Rixi Moncada, candidata del Partido Libre y representante del sector de izquierda. Trump aseguró que no trabajaría con ella en caso de que resultara ganadora, enviando una señal de desconfianza hacia un eventual Gobierno liderado por esta formación política.
Además, el mandatario mostró reservas respecto al tercer candidato en liza, Salvador Nasralla, del Partido Liberal. Trump lo acusó de tener supuestos vínculos con el Gobierno de Cuba, lo que enmarcó de nuevo la contienda hondureña en la disputa ideológica regional entre aliados y adversarios de La Habana y Caracas. Estas declaraciones refuerzan la idea de que, para Washington, solo Asfura sería un socio plenamente fiable en materia de seguridad, política exterior y lucha contra el crimen organizado.
Trump descarta cualquier cooperación fluida con Moncada y cuestiona la fiabilidad internacional de Nasralla
Unas elecciones decisivas para la gobernabilidad de Honduras
Honduras celebrará elecciones generales el 30 de noviembre, en un contexto marcado por los desafíos de la violencia, la pobreza, la migración y la necesidad de reforzar sus instituciones democráticas. En el padrón figuran 6,5 millones de personas empadronadas, que deberán elegir no solo al próximo presidente, sino también a los tres vicepresidentes, a los 128 diputados del Congreso Nacional y a las autoridades locales de los 298 municipios.
En este escenario, el respaldo de Trump a Tito Asfura añade un nuevo elemento al debate interno, al convertir la elección en un potencial termómetro de la relación con EEUU. El resultado de los comicios definirá no solo la orientación política del próximo Gobierno hondureño, sino también el tipo de cooperación internacional que podrá negociar en los próximos años.
| Elemento electoral | Detalle principal |
|---|---|
| Fecha de la elección | 30 de noviembre |
| Personas empadronadas | 6,5 millones |
| Cargo principal | Presidente de la República |
| Vicepresidencias | 3 vicepresidentes |
| Diputados del Congreso | 128 diputados |
| Municipios | 298 municipios con autoridades a elegir |
Candidatos en liza y mapa político hondureño
Las elecciones cuentan con tres figuras centrales que concentran la atención política y mediática: Nasry “Tito” Asfura, Rixi Moncada y Salvador Nasralla. Asfura, actual alcalde de Tegucigalpa, llega a la contienda respaldado por el apoyo explícito del presidente de EEUU, que lo ha definido como el garante de la “libertad” y como el principal dique frente al avance del narcocomunismo en el país.
Moncada, por su parte, representa al Partido Libre, fuerza de izquierda que aspira a consolidar un proyecto político más crítico con Washington y más cercano a otros gobiernos progresistas de la región. En el otro extremo, Nasralla, vinculado al Partido Liberal, intenta presentarse como una alternativa distinta tanto al oficialismo como a la izquierda, aunque las acusaciones de Trump sobre supuestos nexos con el Gobierno cubano pueden afectar a su imagen entre el electorado más conservador y entre los socios internacionales.
Para visualizar la competencia entre los aspirantes, la siguiente tabla resume los principales candidatos y sus formaciones políticas:
| Candidato | Partido político | Perfil político general |
|---|---|---|
| Nasry “Tito” Asfura | Partido afín a EEUU | Centro-derecha, aliado de Washington |
| Rixi Moncada | Partido Libre | Izquierda |
| Salvador Nasralla | Partido Liberal | Derecha liberal, oposición tradicional |
La contienda enfrenta a un candidato alineado con Washington, una aspirante de izquierda y una figura liberal con trayectoria mediática
Cooperación futura condicionada al resultado electoral
El mensaje de Trump deja entrever que la futura cooperación bilateral entre EEUU y Honduras dependerá en gran medida del resultado del 30 de noviembre. El presidente estadounidense ha vinculado de forma explícita su disposición a “brindar la ayuda necesaria al pueblo hondureño” a la victoria de Tito Asfura, mientras que ha descartado entenderse con Rixi Moncada y ha expresado desconfianza sobre Salvador Nasralla.
Este posicionamiento anticipa un escenario en el que la relación con Washington podría verse reforzada en caso de triunfo de Asfura, mientras que una eventual victoria de sus rivales podría abrir una etapa de tensiones diplomáticas o de revisión de los canales de ayuda y colaboración. Con el país inmerso en una campaña polarizada y con la seguridad y la economía como principales preocupaciones ciudadanas, el impacto real de este respaldo externo se medirá en las urnas el próximo 30 de noviembre, cuando los hondureños definan el rumbo político de los próximos años.
