Protestas en Haití
La localidad, ubicada en el estratégico valle del Artibonito, se ha convertido en uno de los epicentros de la violencia criminal que se expande por el país y que mantiene a sus habitantes en un estado permanente de desprotección.
Las primeras evaluaciones remitidas por organizaciones como Défenseurs Plus y el Grupo de Acción para la Defensa de los Derechos Humanos describen una “tragedia insostenible” en Pont-Sondé, donde la banda Gran Grif ya fue responsable en octubre de 2024 de una matanza que dejó 70 víctimas mortales.
Ahora, además de los muertos y heridos confirmados, las ONG detallan que al menos 500 viviendas quedaron calcinadas, una cifra que evidencia el nivel de devastación y la ausencia de control estatal sobre un territorio clave del país.
La violencia extrema, los desplazamientos internos y la destrucción de infraestructuras básicas consolidan la pérdida de gobernabilidad en amplias zonas del oeste y el Artibonito, mientras las autoridades haitianas enfrentan una crisis de seguridad sin precedentes.
La ONG Enfants Soleil eleva la cifra total de muertos hasta los 120, aunque la verificación resulta casi imposible por el dominio de las bandas
El ataque fue ejecutado el 29 de noviembre por miembros de la banda Gran Grif, que según testimonios locales irrumpieron casa por casa, incendiaron viviendas y asesinaron a comerciantes conocidos de la comunidad. René Charles, presidente de la Unión de Plantadores del Valle del Artibonito, explicó al Haitian Times que “ancianos y bebés quedaron encerrados en sus casas”, y alertó de que el número de fallecidos podría aumentar a medida que se recuperen cuerpos entre los escombros.
Défenseurs Plus denuncia que la masacre es consecuencia directa de la incapacidad del Estado haitiano para ofrecer protección básica
En un comunicado recogido por Le Courrier de la Nation, Défenseurs Plus responsabilizó a las autoridades de haber permitido que las bandas armadas consoliden su dominio territorial. La ONG reclamó una intervención urgente de fuerzas de seguridad capaces de restaurar un mínimo de control institucional en Pont-Sondé y en regiones aledañas.
El sindicato policial SPNH-17 ya había alertado hace una semana de que bandas criminales controlan la mitad del departamento del Artibonito, y calificó la pérdida de las regiones Oeste y Artibonito como “el mayor fracaso de seguridad en la historia moderna de Haití”.
Sindicatos policiales denuncian que la población “no puede vivir, trabajar ni desplazarse” ante el avance de las bandas
El avance de grupos armados en Pont-Sondé refleja una tendencia generalizada en Haití, donde la combinación de colapso institucional, crisis económica y vacío político ha permitido que organizaciones criminales controlen carreteras, ciudades enteras y rutas de abastecimiento.
La ausencia de una respuesta estatal efectiva mantiene a miles de familias en situación de desplazamiento forzado, sin acceso a servicios básicos y bajo riesgo permanente de nuevos ataques.
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