El deterioro de la seguridad, el colapso de servicios básicos y la presión de precios han convertido el desplazamiento interno en un fenómeno estructural. El último balance oficial confirma que el mapa del éxodo ya no se concentra en la capital: los movimientos se multiplican por corredores rurales y cabeceras departamentales, donde la llegada de familias sin alternativas de vivienda tensiona infraestructuras y suministros.
La cifra de desplazados supera 1,4 millones, un 36% más que en 2024, y la crisis se extiende a las provincias
El éxodo se desborda del área metropolitana
El número total de personas desplazadas supera 1.400.000, con una variación del 36% frente a finales de 2024. El 64% de los nuevos traslados se produce fuera de la capital, con picos en Artibonite y Centro, señal de una crisis ya nacional.
Los campamentos espontáneos han pasado de 142 a 238 en lo que va de año, con déficits persistentes de agua, saneamiento y atención primaria, lo que agrava la emergencia en un país con recursos cada vez más escasos.
Resumen (2025)
Indicador | Dato |
---|---|
Desplazados internos (total) | 1.400.000+ |
Variación respecto a 2024 | 36% |
Nuevos desplazamientos fuera de la capital | 64% |
Campamentos espontáneos | 238 (eran 142 en dic. 2024) |
Acogida en comunidades locales | 85% |
Retornos por deportaciones en 2025 | 207.000+ |
Mujeres y menores, los más expuestos
Mujeres y niños concentran más de la mitad del desplazamiento, con un aumento de separaciones familiares ante la búsqueda de zonas más seguras. La acogida comunitaria absorbe alrededor del 85%, pero los hogares anfitriones muestran agotamiento de ingresos, alimentos y agua, con riesgo de abandono escolar y deterioro de la salud.
Las deportaciones desde República Dominicana agravan la presión en las provincias fronterizas
En la franja fronteriza oriental, el incremento de deportaciones durante 2025 añade presión a municipios receptores ya saturados, con mayor demanda de refugio, documentación y apoyo psicosocial.
De la emergencia a las soluciones
La respuesta prioriza refugio de emergencia, agua potable, salud física y mental, protección y medios de vida, pero la brecha entre necesidades y asistencia se amplía con rapidez.
Para evitar nuevas migraciones internas y el colapso de servicios municipales, se requieren financiación sostenida, acceso seguro para la ayuda y medidas de estabilización que refuercen la seguridad en rutas, la gestión del suelo y la resiliencia económica local.
El desplazamiento haitiano ha dejado de ser un episodio focalizado: es un desafío nacional y sostenido. Sin financiación estable y operatividad garantizada, el número de familias obligadas a moverse y la presión sobre las provincias seguirá aumentando en los próximos meses.