“No nos pongamos nerviosos, por favor; que estamos empezando a parecernos excesivamente a esos padres primerizos que cada vez que el niño tiene unas décimas de fiebre le llevan a urgencias. Como somos un país que ya ha pasado anteriormente por este tipo de situaciones deberíamos saber que todas las fiebres tienen picos: son temporales y transitorias, pero nadie se muere de una fiebre. Se pasa un mal rato y al cabo de unos días, si se han tomado las medidas oportunas, remite”. Miguel Martín ex subgobernador del Banco de España y actual presidente de la Asociación Española de Banca Privada denuncia un cierto grado de histeria en una gran parte de los análisis de la crisis financieras que nos acosa desde hace un par de meses. “No nos pongamos nerviosos, por favor; que estamos empezando a parecernos excesivamente a esos padres primerizos que cada vez que el niño tiene unas décimas de fiebre le llevan a urgencias. Como somos un país que ya ha pasado anteriormente por este tipo de situaciones deberíamos saber que todas las fiebres tienen picos: son temporales y transitorias, pero nadie se muere de una fiebre. Se pasa un mal rato y al cabo de unos días, si se han tomado las medidas oportunas, remite”. Miguel Martín ex subgobernador del Banco de España y actual presidente de la Asociación Española de Banca Privada denuncia un cierto grado de histeria en una gran parte de los análisis de la crisis financieras que nos acosa desde hace un par de meses.
“La presión es mas mediática que otra cosa,” remacha Miguel Martín. “Estamos asistiendo a un pulso de intereses geopolíticos enorme. Estados Unidos, Inglaterra y Alemania tienen sus propias recetas y cada uno quiere que el resto de los países nos alineemos de acuerdo con sus intereses y eso es lo que no puede ser. En Europa debemos actuar de una manera coordinada, sin disonancias. Europa tiene que hacer sus deberes y dotarse de los instrumentos adecuados para resolver los problemas de toda la Unión Europea”.
En las últimas semanas, prosigue el presidente de la AEB, en su intervención en la UIMP con motivo del seminario sobre la evolución y perspectivas de la economía española, “España está siendo debilitada por la propia debilidad del conjunto al que pertenece que está actuando tarde y mal”. Pero esto n o quiere decir que nuestro país no tenga su parte de culpa en el manejo de la situación. “El conjunto de las reformas salariales y fiscales que hemos conocido apuntan bien, en la buena dirección pero transmiten la impresión de que el gobierno está poco convencido y es poco convincente. Las reformas deberían ser más ambiciosas. Y aunque en definitiva sean todas las que nos pida Europa yo estoy convencido que saldremos adelante sin que nos haga falta apelar a los recursos del macro fondo europeo de solidaridad”.
Y por lo que se refiere a su propio sector, la banca, Martín asegura que el proceso que se ha diseñado está justamente en sus principios. “Van a ser necesarios unos cuantos años para terminar de llevarlo a cabo. Y al igual que le ocurre al gobierno con sus planes nosotros también tenemos que estar convencidos de las bondades de nuestro propio proceso de reformas. En cualquier caso hay que recordar que la banca española ha sorteado la crisis bastante mejor que sus colegas europeos y que el coste de su saneamiento lo va a pagar el propio sistema y a un precio nada desdeñable.”
La proyección internacional de la banca española y su presencia en América latina le dan pie a Miguel Martín para poner de manifiesto la globalidad de la crisis. “Por una parte a nosotros nos ha venido muy bien la dispersión geográfica de nuestros grandes bancos, pues gracias a ella se han podido corregir algunos desequilibrios importantes. La presencia en Latinoamérica de muchas grandes empresas españolas ha ayudado a mejorar las cuentas de explotación de los dos últimos años. Y como en esos países no se cayó en las trampas del apalancamiento y la ingeniería financiera su situación actual es mucho mejor de cara a la recuperación. Las actuales turbulencias financieras de algunos países europeos no creo que vayan a contaminar a las grandes economías latinoamericanas. Mas bien al contrario, si somos capaces de reactivar nuestras economías, superando las presiones de austeridad que nos quiere imponer Alemania, los países como Brasil, Argentina, Chile, etc. verían como sus crecimientos saldrían aún más reforzados.