El ritmo de vida frenético que mantiene la sociedad actualmente provoca que, con mucha frecuencia, las personas avancen por inercia sin plantearse verdaderamente quiénes son y qué es lo que quieren hacer en la vida. Para poder darse un golpe de realidad y apartar la vista de lo que tiene cada uno delante para dirigirla a su interior, es necesario vivir una experiencia única de desconexión como lo es el Camino de Santiago. Este ha sido el caso de Daniel Ciommiento, un gran especialista en marketing de resultados para emprendedores de comercios electrónicos internacionales, quien ha vivido en primera persona un cambio vital absoluto después de hacer la ruta de Barcelona hasta Santiago de Compostela.
Un gran emprendedor de éxito
Daniel Ciommiento lleva años dedicándose a la transformación digital de empresas y a su publicidad en el mundo online. Tal fue el éxito de su metodología, que los miembros de Facebook se pusieron en contacto con él en 2017 para conocer su historia y su forma de trabajar.
Daniel creía estar totalmente satisfecho con su trabajo, de modo que el motivo que le llevó a emprender el Camino de Santiago no tenía nada que ver con su vida laboral, sino con su vida familiar. La defunción de su madre cuando él era un niño le dejó un vacío que ninguno de los viajes que realizó durante 7 años le ayudó a superar.
Su vida ha dado un giro de 360º
Los 176 km recorridos a lo largo del Camino durante 7 días no solo le ayudaron a vencer el duelo, sino que dieron un vuelco absoluto a su vida. Los cambios empezaron en el momento de llegar a la Catedral de Santiago. Ahí Daniel observó que su pareja, la acompañante de la ruta, no compartía el mismo camino vital y en ese momento decidió ponerle fin a su relación de 5 años.
A lo largo de la caminata, Daniel se dio cuenta de los colores de las flores y del cielo y de la luminosidad del camino por el que andaba. “Ha sido impresionante, empiezas a ver detalles que antes no veías”, afirma.
Durante el camino de vuelta, leyó El Alquimista, de Paulo Coelho. La lectura fue el complemento definitivo que le hizo tomar la decisión de ser el dueño de su propia vida. A partir de ahí se percató de que había dejado de creer en una de las lecciones que toda formación recibida le había enseñado: “Me di cuenta de que no se tienen que apartar los orígenes de uno mismo para desarrollarse y aprender”. Así pues, cuando llegó a Barcelona comprendió que ese ya no era su lugar y que quería volver con su padre, su hermano y sus amigos a su ciudad natal, muy cerca de Venecia. “Sin las personas que quieres a tu alrededor, es muy difícil emprender tu propio negocio”, explica.
Todos estos cambios personales han acarreado una transformación del ámbito laboral. Por el momento, ha decidido frenar todos los servicios de sus clientes durante unas semanas para comprender exactamente qué es lo que quiere ofrecer. Tiene claro que quiere seguir trabajando de lo suyo porque es lo que le da de comer. Además del servicio de asesoría y publicidad a e-commerce, ha decidido emprender su propio negocio, aplicando todas las herramientas que ha aprendido trabajando y formándose a lo largo de los años. Pero más allá de lo que le mantiene económicamente, a raíz del Camino de Santiago se ha dado cuenta de que se puede tener más de una profesión y trabajar por pasión, y que la suya por vocación es ser cantante. Desde su llegada ya ha compuesto alguna canción y pretende seguir desarrollándose en ese sector.
A día de hoy, Daniel sigue definiendo su camino vital real que, según él, ha conocido gracias al Camino de Santiago. Tanto él como su alrededor más cercano lo ven como un cambio totalmente positivo. El emprendedor explica que “ahora estoy viviendo de verdad, he dejado de actuar y soy muy feliz”. A partir de ahora, solo le queda redefinirse y aplicar todo lo que ha aprendido en esta experiencia única tanto a su vida personal como a la profesional.