«El Ministerio de Energía y Minas informa que, con en objetivo de preservar los niveles de los embalses y garantizar el suministro eléctrico en el país, los cortes programados de energía para la semana del lunes 2 al domingo 8 (de diciembre) tendrán una duración de cinco a siete horas diarias», dijo la cartera en un comunicado.
El anunció causó polémica en las redes debido a que el presidente Daniel Noboa había prometido en un acto público que los apagones se acabarían en diciembre, aunque no precisó una fecha.
La suspensión del servicio inició a finales de 2023 y se agudizó este año, a causa de los bajos caudales de las fuentes que entregan el agua para la generación de la energía, debido a la intensa sequía que afecta al país.
En Ecuador, el 72 por ciento de la energía generada se produce en las hidroeléctricas, por lo que la escasez de precipitaciones agravó el panorama.
Además, entre las causas de esta situación se señala el incumplimiento por parte del Estado del plan de desarrollo energético y de los mantenimientos a las centrales termoeléctricas, así como al incremento de la demanda y a la corrupción en el sector.
El descontento ciudadano por este tema se relaciona también con la promesa electoral de Noboa sobre buscar soluciones para mitigar una eventual agudización de la problemática del «estiaje» (o bajo caudal de las fuentes que entregan agua a las hidroeléctricas).
El ahora mandatario incluso dijo en campaña que ya había conversado con Israel para ello.
Actualmente, la situación es menos compleja que semanas atrás, cuando los cortes llegaron hasta las 14 horas diarias.
La situación se alivió al momento con la compra de energía a Colombia.
Además, el Gobierno anunció la adquisición de equipamiento para crear más potencia de generación, lo cual se suma a la barcaza turca que entrega 100 megavatios.
El déficit en la producción de electricidad en el país se estima oficialmente en unos 1.089 megavatios.
