El Producto Interior Bruto (PIB) de Ecuador se contrajo un 2,4% durante el primer trimestre del año con respecto al mismo periodo del año anterior, debido en buena parte a la caída en la inversión y el consumo, lo que supone el mayor descenso en este indicador desde que el actual presidente del país, Lenín Moreno, accediera al cargo en 2017.
Así lo ha revelado el Banco Central del país a través de un informe en el que ha detallado que la formación bruta de capital fijo se contrajo un 6%, el gasto final del Gobierno cayó un 5% y la caída del gasto de consumo final de los hogares registró un descenso del 0,6%.
Al mismo tiempo, las exportaciones de bienes y servicios registraron un crecimiento interanual del 3,6%, mientras que las importaciones se mantuvieron estables con un crecimiento del 0,2%.
Por otro lado, la pandemia ha impactado de manera notable en el país a través de la caída de los precios del petróleo, uno de sus principales activos, por lo que el instituto emisor proyecta una contracción de la economía de hasta el 9,6% para 2020.
En cuanto al sector petrolero, Ecuador experimentó un crecimiento del 1,9%, por el incremento en la producción del crudo en 48,9 millones de barriles; mientras que el sector no petrolero cayó un 1,8% frente al mismo periodo del año anterior.
En los primeros meses de 2020, la economía ecuatoriana se vio afectada por algunos acontecimientos, entre ellos el ocurrido el 16 de marzo, cuando se declaró el estado de excepción por ‘calamidad pública’ en el país andino, lo que determinó la suspensión de todas las actividades económicas y el trabajo presencial, exceptuándose los sectores de salud, seguridad alimentaria, finanzas, transporte de personal sanitario y otros sectores esenciales.
Además, el pasado 19 de mayo, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, informó que se reducirían en dos horas las jornadas laborales de funcionarios públicos del sector ejecutivo, lo que implica una disminución del 16,6% del salario para dicho sector. La reducción de salarios se realizará por un período de seis meses, renovables por otros seis meses. Pese a esto, los aportes a la Seguridad Social se mantendrán sobre el salario sin el nuevo descuento decretado.